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Casi 70% de los jóvenes entre 18 y 24 años en Puerto Rico ha experimentado sin hogarismo

El estudio de Solo por Hoy y Estudios Técnicos, Inc. concluyó que la mayoría de los jóvenes sin hogar carece de redes de apoyo y que el sistema debe ofrecer acompañamiento emocional y social continuo

Ronda de servicios de Iniciativa Comunitaria a la población sin tech
El 69% de los jóvenes sin hogar en Puerto Rico vive esta experiencia por primera vez (Dennis A .Jones)

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El 69% de los jóvenes entre 18 y 24 años en Puerto Rico que enfrentan el sinhogarismo viven esta experiencia por primera vez, según reveló el primer estudio sobre este tema realizado por la organización Solo por Hoy en colaboración con Estudios Técnicos, Inc.

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La investigación estimó que unos 300 jóvenes estuvieron sin hogar el pasado año, entre estos 55 en la calle, 117 que recibieron servicios de vivienda permanente y otros 185 identificados al solicitar asistencia para vivienda en el sistema coordinado de entrada.

El estudio, presentado por la directora de Análisis y Política Social de Estudios Técnicos, Anitza Cox, describió el fenómeno como uno multifacético y marcado por la precariedad económica, la violencia intrafamiliar y la falta de oportunidades.


“Nuestros jóvenes de 18 a 24 años componen cerca del 9.4% de la población, unos 299,745, (...) hoy día una de cada 10 personas en Puerto Rico está en ese grupo de edad de 18 a 24 años. Sin embargo, cuando uno mira las estadísticas específicas de ese grupo, se da cuenta que es una de las poblaciones más vulnerabilizadas”, explicó durante la presentación del informe.

Cox señaló que más de la mitad de los jóvenes jefes de hogar viven bajo el nivel de pobreza, mientras que el 56% enfrenta vulnerabilidad en vivienda por no poder costear la renta o hipoteca.

“Sin embargo, cuando vamos a lo que son condiciones de vulnerabilidad, que el censo las define de distinta manera, algunas son físicas, como por ejemplo la carencia de instalaciones completas, como cocina, etc. Pero la vulnerabilidad mayor se concentra en lo que es la carga económica de ese hogar. Es decir, tener comprometido más del 30% de los ingresos de ese hogar para efectos de lo que sería la renta o lo que sería el pago de la hipoteca”, advirtió.

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Entre los hallazgos más relevantes, se evidenció que las razones principales para estar sin hogar son los problemas intrafamiliares, el uso de drogas y situaciones de violencia de género violencia doméstica en los hogares.

“Más de la mitad de los jóvenes que se identificaron en el conteo experimentan o presentan alguna condición de vulnerabilidad, y alrededor de una cuarta parte de los jóvenes que consumen alcohol o drogas ilegales o medicamentos sin receta, pero cerca del 40%, cerca del 4 de cada 10, tienen alguna condición de salud mental o emocional y solamente cerca de la mitad o alrededor de la mitad están en efecto recibiendo servicios para atender esa situación de salud mental”, sostuvo Cox.

El estudio, además, destacó que muchos de los jóvenes sin hogar fueron referidos a servicios por policías, trabajadores sociales o familiares, y que las figuras de manejo de casos resultaron clave para conectarles con la ayuda necesaria. Sin embargo, persisten grandes obstáculos para acceder a esos recursos.

“Las barreras principales que ellos mencionan tienen que ver con la burocracia y el papeleo excesivo. Fíjense que aquí hay unos temas comunes: la falta de transportación, el trato, la empatía y el estigma”, puntualizó la investigadora.

La investigación también detalló que los servicios dirigidos a esta población son escasos y se concentran mayormente en el área metropolitana. Entre los pocos proyectos identificados figuran Casa Ramón, La Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud, Solo por Hoy con su programa de rapid rehousing, y ASSMCA con su iniciativa Jóvenes Seguros del Norte.

Según Cox, “El miedo a ser juzgados al momento de buscar acceder a un servicio es también una de las barreras que identifican y dentro de estas limitaciones o barreras entienden que algunos de los grupos que quizás se ven más afectados dentro de lo que es la población de jóvenes son los jóvenes que egresan de lo que sería foster care o cuidado bajo el Departamento de la Familia”.

De acuerdo con los testimonios de líderes de organizaciones entrevistadas, los servicios existentes “no se acoplan a la necesidad real que experimentan los jóvenes”.

También se mencionó la urgencia de fortalecer la educación, la orientación y la prevención comunitaria, especialmente en los municipios fuera del área metropolitana.

Recomendaciones

Cox insistió en que el acompañamiento emocional y social es esencial para que los jóvenes puedan superar las barreras del sistema y desarrollarse de forma digna.

“El acompañamiento es sumamente importante para que los jóvenes puedan navegar ese sistema de servicios y realmente aprovechar las oportunidades que existen para su desarrollo”, comenzó.

La investigadora subrayó además la urgencia de fortalecer la educación y la información dirigida a la juventud. En sus palabras, es necesario “educar e informar a los jóvenes utilizando medios digitales, campañas en las universidades y estrategias que hagan más accesible el discurso que se utiliza con ellos”, además de involucrar a las comunidades educativas y rurales para crear conciencia y fomentar participación.

Asimismo, recomendó implementar enfoques integrales para atender el sinhogarismo juvenil y simplificar los trámites burocráticos, de modo que los servicios puedan responder con agilidad a las necesidades reales de los jóvenes.

Entre las recomendaciones incluidas en el estudio, se destacó la importancia de “brindar acompañamiento durante todo el proceso para que los jóvenes no se sientan solos” y “simplificar y acelerar trámites, reduciendo la burocracia y atendiendo las necesidades de los jóvenes en el menor tiempo posible”.

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