El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se dirigió desde la Asamblea General de la ONU a los rehenes que permanecen en la Franja de Gaza, prometiendo garantizar su regreso a casa. El mensaje llegó mediante altavoces instalados en el enclave y a través de los teléfonos móviles de Gaza, que habrían sido manipulados.
“Gran parte del mundo no recuerda el 7 de octubre, pero nosotros sí lo recordamos”, afirmó Netanyahu, que compareció en el atril tras la retirada de varias delegaciones y los aplausos de otras. En la solapa de su chaqueta lucía un código QR con enlaces sobre las razones por las que Israel debe ganar.
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El primer ministro mencionó los nombres de los rehenes aún cautivos y subrayó que 20 de los 48 siguen con vida. En hebreo, prometió: “No descansaremos hasta asegurar la liberación de los rehenes”. Reclamó a Hamás la liberación inmediata de los secuestrados y advirtió: “Si se cumplen las demandas, la guerra podría terminar ahora mismo”.
Al inicio de su mensaje, se pudo observar a un significativo número de delegados abandonar el recinto de la ONU.
Durante la intervención, Netanyahu destacó las operaciones contra Hamás en Gaza y contra grupos respaldados por Irán, incluidos Hezbolá en Líbano y los rebeldes hutíes en Yemen. Celebró los ataques sobre la industria atómica iraní y agradeció las “acciones decisivas” del expresidente Donald Trump, a quien calificó como su principal aliado internacional.
El dirigente afirmó que algunos líderes critican públicamente pero respaldan en privado, citando al canciller alemán Friedrich Merz, quien en junio dijo que Israel estaba “haciendo el trabajo sucio” al bombardear Irán.
Rechazo al genocidio y a la solución de dos Estados
Netanyahu negó las acusaciones de genocidio contra Israel y calificó a Hamás como “una organización terrorista genocida”. “¿Un país que comete genocidio le pediría a la población civil que se apartara?”, cuestionó.
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También rechazó la solución de dos Estados, alegando que “los palestinos no quieren un Estado junto a Israel, sino en lugar de Israel”. Comparó esa propuesta con “dar a Al Qaeda un estado a una milla de Nueva York tras el 11-S".
Coincidiendo con el discurso, cientos de personas se concentraron en Nueva York en apoyo a la causa palestina. Como contrapeso, el Gobierno israelí exhibió carteles en distintos puntos de la ciudad, incluida Times Square, para instar a “recordar” los atentados del 7 de octubre.