Un estudio científico de la Universidad Médica de Carolina del Sur (MUSC, en inglés) y el proveedor de salud mental APS Healthcare demostró que menores entre 6 a 17 años respondieron positivamente a terapias especializadas en trauma, tanto por telesalud como presencial.
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De un cohorte de 44 niños y jóvenes, que experimentaron predominantemente abuso sexual, pérdidas o violencia doméstica, 18 participantes que concluyeron alrededor de nueve meses de sesiones terapéuticas semanales reflejaron una reducción en niveles de estrés postraumático (PTSD, en inglés), ansiedad y depresión. Los 26 casos restantes todavía están en terapia.
Unos 18 psicólogos clínicos y trabajadores sociales de las clínicas de APS a nivel isla se adiestraron en Terapia Cognitiva Conductual Enfocada en Trauma (TF-CBT, en inglés) para atender esta población, que en promedio cargan con cuatro a cinco traumas simultáneamente, según Rosaura Orengo Aguayo, psicóloga y catedrática de MUSC.
El proceso de esta terapia, explicó la experta, es enseñarles primero herramientas de manejo y, luego, cómo contar las historias de su trauma para mermar las condiciones mentales y provocar un cambio conductual, como mejores notas, destrezas de lectura y buen comportamiento en las escuelas y en el hogar.
“En este proceso de siete a nueve meses, logramos esas tres [metas]”, celebró la doctora al resaltar que la escala de síntomas de PTSD infantil y la escala revisada de ansiedad y depresión infantil redujeron de 37 y 58 a 13 y 44, respectivamente.
Destacó también que la telesalud “abre las puertas” para alcanzar su misión de tener espacios dedicados a esta modalidad para recibir servicios en cualquier lugar.
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Según la psicóloga, la implementación del TF-CBT refleja resultados similares a través del mundo, pero la novedad de ejecutar el estudio en Puerto Rico es porque es el “primer lugar que el 100 % de la población de un país ha experimentado por lo menos un trauma”, refiriéndose al huracán María, los terremotos del sur y la pandemia de Covid-19.
“El trauma no es algo que le sucede genéticamente a un niño; sucede por el contexto y el ambiente”, señaló.
A ciegas con estadísticas de trauma
Salvo un estudio del 2019, Orengo Aguayo puntualizó que no existe un acervo de datos o investigaciones epidemiológicas que establezcan la prevalencia de trauma en el archipiélago, pero hizo llamado a analizar “por la ciencia” las estadísticas vitales y lo que recopila APS y la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca).
A preguntas de la prensa sobre una percepción en un incremento de violencia entre jóvenes, la doctora aseguró que se detectan más casos porque hay más personal capacitado para identificarlos. Destacó, sin embargo, que la práctica en Puerto Rico y otros países hispanohablantes ha sido rezagada por estándares de cuidado anglosajones, que no han sido atemperados a poblaciones diversas.
Tras los hallazgos del estudio, la doctora sostuvo que espera que el Departamento de la Familia (DF) se comprometa a hacer un memorando de entendimiento formal para llevar referidos directos a las clínicas de APS para los especialistas en TF-CBT.
“Estamos en conversaciones”, adelantó.
El estudio del trauma en la niñez continuará hasta el año entrante, con posibilidad de extensión, y tanto Orengo Aguayo como otras profesionales clínicas exhortaron a cuidadores e instituciones a referir jóvenes a la investigación para que se beneficien de la terapia y aporten a la generación de información.
Joaquín A. Rosado Lebrón cubre salud para Metro Puerto Rico a través del programa Report for America.