La Policía de Minneapolis confirmó que la sospechosa del tiroteo ocurrido durante una misa en un colegio católico del suroeste de la ciudad era exalumna de la escuela y miembro de la iglesia, donde estudió hasta 2017.
El jefe policial Brian O’Hara explicó a NBC News que también la madre de la atacante trabajó en la parroquia. “Creemos que era una estudiante de la escuela y miembro de la iglesia en el pasado. No hemos visto nada específico que desencadene la cantidad de odio que ocurrió ayer”, declaró.
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La atacante fue identificada como Robin Westman, de 23 años, quien se graduó en 2017. Según las pesquisas, había difundido en redes sociales una serie de vídeos y escritos con mensajes racistas y antisemitas, entre ellos la frase “seis millones no fueron suficientes”, en referencia al Holocausto.
En las grabaciones, Westman hablaba de pensamientos suicidas y dejaba un manifiesto de despedida para su familia. El FBI eliminó este contenido tras el ataque.
El protocolo del colegio de cerrar las puertas de la iglesia al inicio de la misa impidió que Westman disparara desde el interior y evitó una tragedia aún mayor. Aun así, el tiroteo dejó dos niños de 8 y 10 años muertos y 17 heridos —14 menores y tres feligreses—, antes de que la agresora se quitara la vida en el lugar.
En los materiales recuperados, Westman aparecía con un cuaderno con garabatos en cirílico y nombres de asesinos en masa, incluido Adam Lanza, autor de la matanza en la escuela primaria Sandy Hook en Connecticut.
Los documentos judiciales revelan que la madre de la sospechosa solicitó el cambio legal de nombre de Robert a Robin, lo que hace pensar a las autoridades que estaba en un proceso de transición de género.
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El alcalde Jacob Frey pidió no vincular el ataque con la comunidad trans y recalcó que “no se tolerará ningún comportamiento de odio”.
La Policía confirmó que Westman utilizó un rifle, una escopeta y una pistola, todas compradas legalmente. No tenía antecedentes penales ni constan diagnósticos de enfermedad mental. Las autoridades ejecutaron cuatro órdenes de allanamiento en el marco de la investigación y concluyeron que la atacante actuó sola, aunque el móvil sigue sin esclarecerse.