Más de una tercera parte de la población adulta en los municipios de Loíza, Salinas y San Germán carece acceso fácil a alimento o de recursos para adquirirlo, con mayor manifestación entre mujeres, mayores y comunidades empobrecidas, encontró una investigación de la organización Taller Salud.
El informe “Alimentación y Dignidad: Un Análisis Comunitario de la Inseguridad Alimentaria en Puerto Rico” detalla que el 63.2 % de 87 participantes loiceñas de una encuesta recibe ayudas del Programa de Asistencia Nutricional (PAN), mientras que la mitad reportó solo tener acceso a dos comidas completas al día. Casi un 15 % dijo que solo accede a una comida diaria.
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En Salinas y San Germán, municipios con mayor porcentaje de mujeres y niñez bajo niveles de pobreza, respectivamente, levantaron datos mediante “sesiones de escucha”, que fungieron como grupos focales, en los que reflexionaron sobre hambre, barreras para encontrar alimento y la calidad de comida.
La dificultad en conseguir alimentos nutritivos para una vida activa, que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, en inglés) conoce como inseguridad alimentaria, se debe a barreras como falta de transportación a puntos de venta, baja oferta con alto nivel nutricional, costos elevados por inflación y falta de política pública que atienda la problemática, destaca el estudio cuya primera fase inició en febrero de 2023.
Muchas de las participantes, dijo Tania Rosario Méndez, directora ejecutiva de Taller Salud, eran mujeres mayores de 55 años, cuidadoras de niños o pacientes encamados, lo que les alarmó como organización por la invisibilidad de la población. Por otra parte, de las enfermedades más comunes, las participantes reportaron padecer alta presión (48%), diabetes (24%), artritis (14%) y asma (13%).
Junto a María Villegas Pizarro, organizadora comunitaria de Iniciativa Comunidad y Liderazgo en la organización, criticaron que el gobierno ha hecho poco o ningún esfuerzo para atender la inseguridad alimentaria, a pesar de haberse exacerbado desde los huracanes Irma y María en 2017.
El acceso al alimento se degrada por fase: si bien empieza en un estado leve, que la FAO reconoce como incertidumbre en obtener alimento, se transiciona a uno moderado o severo —que se saltan comidas o se deja de consumir— a medida en que se complique la vida familiar, encontraron.
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“Si una persona del hogar pierde el empleo, si una persona del hogar cae encamada, si una persona del hogar es un niño o niña con necesidades especiales que obliga a una de las personas cuidadoras a dejar de trabajar, si se compromete el ingreso de alguna manera, el PAN no da para suplir esos ingresos ni para garantizar la compra de la ganancia básica”, expresó Rosario Méndez en entrevista con Metro Puerto Rico.
Parte de la motivación del estudio, además de posicionar a las integrantes de Taller Salud al campo de investigación, fue generar recomendaciones para mitigar el impacto a las comunidades marginadas. Una de las que compartió la directora ejecutiva es la redistribución de alimentos a través de comunidades y organizaciones de base que conocen dónde están las personas con mayor necesidad y, así, evitar el desperdicio de comida en restaurantes o supermercados.
“No le cuesta nada a nadie”, enfatizó.
Villegas Pizarro, por su parte, puntualizó en el desarrollo de fincas para cultivo y cosecha, pero denunció que los gobiernos municipales, como el estatal, favorecen a inversionistas o extranjeros para estos espacios.
La mayoría de los esfuerzos para minimizar la hambruna en estas comunidades son mediante comedores comunitarios, de los que pueden haber alrededor de 30 en Puerto Rico, estimó Rosario Méndez. A pesar de las complicaciones en conseguir alimento, persiste un estigma y vergüenza por pasar hambre, por lo que intentan fomentar un sentido acogedor en los comedores.
Ambas lideresas de Taller Salud hicieron el llamado a integrar la Encuesta de Seguridad Alimentaria, herramienta que utilizaron en la investigación, a la Ley 26 de 2022, que enmienda la Ley del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos para incluir una estrategia de medir la seguridad alimentaria. Otras encomiendas son crear planes de emergencia alimentaria, fortalecer las redes de comedores y promover la autogestión agrícola en comunidades.
Joaquín A. Rosado Lebrón cubre salud para Metro Puerto Rico a través del programa Report for America.