Al menos 20 personas murieron, entre ellas cuatro periodistas, tras un doble bombardeo israelí sobre el hospital Nasser, principal centro médico del sur de la Franja de Gaza, ubicado en Jan Yunis, según datos preliminares del Ministerio de Sanidad gazatí, vinculado a Hamás.
Las autoridades informaron que un primer proyectil impactó en el cuarto piso del complejo hospitalario y que, cuando llegaron las ambulancias, se produjo un segundo ataque, lo que incrementó el número de víctimas. Entre los fallecidos hay trabajadores médicos y periodistas de medios internacionales como Reuters, AP y Al Yazira. Además, se reportan decenas de heridos, algunos en estado crítico.
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Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) reconocieron la autoría del ataque y prometieron una investigación interna. En un comunicado, lamentaron los posibles daños a personas ajenas al conflicto y recalcaron que “de ninguna manera” atacan deliberadamente a periodistas o instalaciones sanitarias.
La ofensiva provocó una rápida reacción internacional. El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, denunció en la red social X que el hospital sufrió daños significativos en áreas críticas como urgencias, hospitalización y quirófanos. Según dijo, el ataque dejó también 50 heridos adicionales, incluidos pacientes en situación grave. Tedros pidió un alto el fuego inmediato y el cese de ataques contra instalaciones médicas.
Por su parte, el comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, acusó al Ejército israelí de intentar “silenciar las últimas voces que informan sobre la hambruna y la muerte de niños en Gaza”. En un mensaje, advirtió que la “indiferencia y la inacción del mundo son impactantes” y reclamó la apertura sin restricciones a la ayuda humanitaria, así como la protección de periodistas y personal sanitario.
El Gobierno gazatí reiteró su llamado a la comunidad internacional para que adopte medidas urgentes que garanticen la atención médica y la asistencia humanitaria. Según sus portavoces, la falta de acciones equivale a “colaboración con los abusos”.
Desde el inicio de la ofensiva militar israelí en octubre de 2023, más de 62,700 palestinos han muerto en la Franja de Gaza, mientras el Gobierno de Benjamin Netanyahu mantiene sus operaciones con el objetivo de tomar el control de la ciudad de Gaza y otras zonas estratégicas.