El Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) ajustó el cono de incertidumbre de la tormenta tropical Erin, colocando a Puerto Rico dentro del mismo y con posibilidad de sentir efectos, que aún no han sido definidos durante el fin de semana.
Más información: Inicia la temporada de huracanes en el Atlántico
PUBLICIDAD
Sin embargo, los modelos colocan al sistema pasando al norte de Puerto Rico y no se espera un impacto directo del sistema por el momento. Los efectos del sistema durante el fin de semana deben tener un efecto mayor en el oleaje.
Según el boletín de las 11:00 am del martes, el centro del sistema se encuentra 17.2 grados norte, 36.3 grados oeste. Tiene vientos máximos sostenidos de 45 millas por hora y tiene un movimiento de traslación de 23 millas por hora hacia el oeste.
“Aunque todavía es demasiado pronto para saber exactamente qué impactos Erin podría traer al norte de las Islas de Sotavento, las Islas Vírgenes y Puerto Rico, el riesgo ha aumentado de que Erin se mueva más cerca de estas islas durante el fin de semana”, indica el NHC y advierte que los residentes de estas islas deben monitorear el progreso del sistema.
Sobre los posibles efectos en la costa este de Estados Unidos, hay mayor incertidumbre y se debe esperar por los próximos boletines de la semana.
“Hay una incertidumbre aún mayor en qué impactos, si los hay, podrían ocurrir en porciones de las Antillas Mayores, las Bahamas, la costa este de los Estados Unidos y Bermuda la próxima semana. A medida que nos acercamos al pico climatológico de la temporada de huracanes, este es un momento oportuno para garantizar que sus planes de preparación estén en su lugar”,
PUBLICIDAD
Se espera que Erin se convierta en huracán más tarde en la semana.
La temporada de huracanes en el Atlántico dio inicio el 1 de junio y termina el 30 de noviembre.
El 6 de agosto, la Universidad Estatal de Colorado (CSU, por sus siglas en inglés) actualizó su pronóstico de la temporada. El equipo de Ciclones Tropicales, Radar, Modelo Atmosférico y Software (TC-RAMS, por sus siglas en inglés) del Departamento de Ciencias Atmosféricas de CSU planteó que la temporada ciclónica en el Atlántico será ligeramente “por encima del promedio”.
Según el informe, podrían formarse 16 tormentas tropicales, de las cuales ocho se convertirían en huracanes, incluyendo tres de categoría tres o superior, es decir, con vientos sostenidos de 111 millas por hora (mph) o más en la Escala Saffir Simpson.
“El Atlántico tropical se ha calentado más rápido de lo normal a través de las pasadas semanas, debido a vientos relativamente débiles soplando en la zona, lo que ha provocado menos evaporación y mezcla de las aguas de la superficie del océano. Aguas más cálidas de lo normal en el Atlántico tropical y el mar Caribe tienden a favorecer una temporada por encima del promedio, ya que la fuente de combustible de un huracán es el agua cálida del océano. Además, un Atlántico cálido resulta en una presión atmosférica más baja y más inestabilidad atmosférica. Ambas condiciones favorecen la formación de huracanes”, detalló la institución educativa en un comunicado de prensa.
Asimismo, del documento se desprende que hay un 52% de probabilidad de que un huracán toque tierra en el Caribe. También, el equipo predijo que la actividad ciclónica en 2025 será aproximadamente el 115% de la temporada media de 1991 a 2020.
Por su parte, el meteorólogo e investigador Philip Klotzbach indicó que, hasta el momento, la temporada de huracanes de 2025 exhibe características similares a las de 2001, 2008, 2011, y 2021. Además, mencionó que este año hay más incertidumbre en los pronósticos de agosto que el año pasado, debido a la alta cizalladura del viento en el Caribe durante junio y julio.
“Sigue habiendo cierta incertidumbre en cuanto a cuál será la fase del fenómeno de ENSO (El Niño/ Oscilación del Sur) durante el pico de la temporada de huracanes del Atlántico, de agosto a octubre, pero las probabilidades de El Niño son bastante bajas —6% según los últimos pronósticos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés—“, abundó Klotzbach.
El fenómeno ENSO se refiere a condiciones neutrales, lo que significa que no hay presencia ni de “El Niño” ni de “La Niña” para influenciar la actividad ciclónica.
De otra parte, la NOAA precisó el 7 de agosto que las condiciones atmosféricas y oceánicas continúan favoreciendo una temporada “por encima de lo normal”.
La agencia federal actualizó el número esperado de sistemas con nombre a entre 13 y 18 (con vientos de 39 mph o más), de las cuales entre cinco y nueve podrían convertirse en huracanes (vientos de 74 mph o más), incluyendo entre dos y cinco huracanes mayores (vientos de 111 mph o más).
En la cuenca del Atlántico, una temporada promedio produce 14 tormentas con nombre, de las cuales siete se convierten en huracanes y tres en huracanes mayores.
Las probabilidades de una temporada “por encima de lo normal” son del 50%, con un 35% de probabilidad de una temporada “casi normal” y un 15% de una “por debajo de lo normal”.
Los nombres que se utilizarán para los sistemas este 2025 son: Erin, Fernand, Gabrielle, Humberto, Imelda, Jerry, Karen, Lorenzo, Melissa, Nestor, Olga, Pablo, Rebekah, Sebastien, Tanya, Van y Wendy.
Cuatro tormentas se han formado hasta el momento: Andrea, Barry, Chantal y Dexter.
¿Cuál es la diferencia entre un área de probabilidad de formación y un cono de incertidumbre?
El área de probabilidad de formación es una región identificada en los mapas donde es probable que se desarrolle un ciclón tropical en un futuro cercano, generalmente en un plazo de 48 horas a 7 días.
“Esto no es un pronóstico de trayectoria. Representa el área de posible desarrollo de (un) ciclón tropical. También, incluye un pronóstico categórico de la probabilidad de formación, representado por una escala de colores que indica probabilidades bajas (amarillo), medianas (naranja) o altas (rojo) de formación”, de acuerdo con el Servicio Nacional de Meteorología (NWS, por sus siglas en inglés).
El área se representa comúnmente como un óvalo en los mapas, y se clasifica según la probabilidad de formación en porcentajes. Por ejemplo, baja probabilidad (menos del 40%), probabilidad media (40%-60%) y alta probabilidad (más del 60%).
Por otro lado, el cono de Incertidumbre se refiere a la proyección de la posible trayectoria de un ciclón tropical ya formado. Una vez que se ha identificado y nombrado, se traza un cono en los mapas para indicar dónde podría moverse el centro de la tormenta en los próximos días.
El ancho del cono se basa en errores históricos de pronóstico; es más estrecho cerca del punto actual de la tormenta y se ensancha a medida que se proyecta hacia el futuro. Este contiene la trayectoria probable del centro del ciclón tropical y muestra el pronóstico para hasta cinco días, en intervalos de 12 horas.
En marzo de este año, el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés), detalló que el cono de error en la trayectoria de los ciclones tropicales será entre un 3% y un 5% más pequeño respecto al 2024.
El tamaño de cada círculo se establece de manera que dos tercios de los errores históricos de los pronósticos oficiales durante los últimos cinco años (2020-2024) queden dentro del círculo.