La presidenta de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Zayira Jordán, no descartó cierres de programas académicos redundantes o con baja matrícula, al tiempo que apuesta por expandir cursos cortos y certificados no conducentes a grado en todos los recintos del sistema universitario.
“Mis decisiones son basadas en datos… si tenemos diez ofertas para sistemas de oficina y no hay matrícula en ninguno, hay que actuar”, afirmó Jordán en entrevista con Punto por Punto, de Metro Puerto Rico, ante la pregunta sobre cómo se propone cerrar programas y llevar una revisión curricular sin generar las tensiones que en el pasado frenaron iniciativas similares. La funcionaria subrayó que su enfoque será preservar la calidad y evitar duplicidades, pero reconociendo la necesidad de transformar el modelo universitario ante los cambios tecnológicos y las nuevas demandas del mercado laboral.
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Como parte de esta transformación, Jordán reveló que la residencia universitaria Torre Norte podría ser demolida si se determina que es inviable rehabilitarla con los $18 millones asignados por la Junta de Supervisión Fiscal (JSF). En su lugar, se consideraría una nueva construcción. También afirmó que busca opciones con municipios para atender problemas de vivienda universitaria, por ejemplo, en Utuado.
De hecho, dijo que su impresión es que el dicho “11 recintos, una UPR” no es del todo real, pues sostuvo que las necesidades y la forma de operar por recinto son diferentes, algo que busca unificar. “Cada recinto opera como si fuera una entidad separada. Quiero romper con eso”, sentenció.
La presidenta además indicó que coordina con el Departamento de la Familia para establecer, este semestre, mesas informativas en todos los recintos y orientar a los estudiantes sobre ayudas disponibles, incluyendo el Programa de Asistencia Nutricional (PAN). Esto ante el alza en la inseguridad alimentaria entre universitarios.
En cuanto a asuntos laborales, Jordán confirmó que negocia con la JSF la aprobación del plan de clasificación y retribución para docentes, así como la entrada en vigor del convenio colectivo de empleados no docentes. “Mi compromiso es hablar con la verdad. No usaré a la Junta como chivo expiatorio”, puntualizó. La líder académica acusó a sus predecesores de no hablar con la verdad a los trabajadores y usar a la JSF como “chivo expiatorio”.
Tras su nombramiento, sectores universitarios señalaron que carece de un standing académico internacional sólido. La presidenta respondió que su historial profesional fue evaluado públicamente durante el proceso de consulta, y que el mismo está disponible en línea. “Yo no tengo nada que probar. Yo sé quién soy y estoy donde debo estar”, expresó.
La presidenta reiteró su visión de una universidad ágil, enfocándose en eficiencias y cambio de cultura gerencial. Dijo que ya cuenta con un equipo de trabajo en el que confía y sobre el cual aseguró que fue seleccionado por sí misma, sin intervención de La Fortaleza. De hecho, sostuvo que todos los rectores están bajo evaluación y pueden ser removidos en cualquier momento.