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Aumentan las muertes y lesiones por conducción agresiva en Puerto Rico

La CST lanzó una campaña ante esta problemática.

La carretera 185, a la altura de la urbanización Las Haciendas en el barrio Campo Rico de Canóvanas, fue cerrada en ambas direcciones este viernes tras un accidente que provocó la caída del tendido eléctrico sobre el pavimento, informó la Policía de Puerto Rico.
Trafico La carretera 185, a la altura de la urbanización Las Haciendas en el barrio Campo Rico de Canóvanas, fue cerrada en ambas direcciones este viernes tras un accidente que provocó la caída del tendido eléctrico sobre el pavimento, informó la Policía de Puerto Rico. (Dennis A. Jones)

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La conducción agresiva sigue siendo una de las principales amenazas a la seguridad vial en Puerto Rico, según datos divulgados por la Comisión para la Seguridad en el Tránsito (CST). Entre los años 2020 y 2022, se registraron 273 muertes relacionadas con exceso de velocidad o manejo hostil, en su mayoría hombres jóvenes entre los 18 y 34 años.

Los datos del sistema FARS también revelan que el 82% de las víctimas fatales eran varones, con los grupos de 25 a 34 años (27%) y de 18 a 24 años (21%) siendo los más afectados. Las muertes ocurrieron con mayor frecuencia entre jueves y domingo, especialmente en horas de la tarde y noche. San Juan encabeza la lista de municipios con más fatalidades, seguido por Caguas, Bayamón, Ponce y Salinas.

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En ese mismo periodo, más de 64,000 personas resultaron heridas en accidentes de tránsito, y al menos 833 lesiones estuvieron directamente asociadas al uso de velocidad insegura. Las madrugadas de fines de semana y los meses de verano fueron los momentos de mayor riesgo, según los hallazgos de la CST.

El patrón no ha mejorado. Entre 2023 y 2024, se documentaron 79,726 intervenciones por conducción agresiva, lo que representa un 38% del total de las acciones de fiscalización vial en Puerto Rico.

Los comportamientos más frecuentes incluyen bloquear el paso a otros vehículos, cambios de carril indebidos, seguir de cerca (tailgating), tocar bocina de forma hostil, ignorar semáforos en rojo y usar luces altas para intimidar. Estas acciones no solo conllevan multas bajo la Ley 22-2000, sino que aumentan el riesgo de accidentes graves y el estrés al conducir.

Factores como la congestión vehicular, la prisa, la impunidad y la sensación de anonimato detrás del volante propician este tipo de conducta. Una encuesta realizada en 2023 por la propia CST reveló que el 47.8% de los encuestados identificó el exceso de velocidad como uno de los principales peligros al conducir, solo superado por las condiciones de las carreteras y el uso del celular.

Ante este panorama, la CST lanzó esta semana la campaña “Contrólate, haz la diferencia”, con un enfoque educativo en medios, redes sociales y eventos comunitarios, además de reforzar la vigilancia policial.

“Conducir agresivamente pone en riesgo la vida de todos. Exhortamos a todos los ciudadanos a mantener el control y marcar la diferencia en cada decisión que tomen frente al volante”, expresó el director ejecutivo de la CST, José “Memo” González.

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