Los accesos al cónclave que inicia hoy en la Capilla Sixtina del Vaticano han sido sellados para dar paso a un proceso de secreto absoluto en el que 133 cardenales elegirán por mayoría cualificada al nuevo pontífice de la Iglesia Católica.
La primera votación suele ser simbólica y se celebrará en la tarde, seguida por hasta cuatro votaciones diarias en los días siguientes —dos por la mañana y dos por la tarde— hasta lograr consenso. Análisis en diversos medios internacionales apuntan a un conclave que puede ser más extenso que los pasados dos encuentros de los cardenales para una elección papal.
PUBLICIDAD
Nueve de los cardenales son elegidos al azar para diversas tareas: tres como escrutadores; tres como infirmarii, cuya labor es ir con la urna hasta los aposentos de los cardenales enfermos, en caso de que los haya, para facilitarles la votación; y otros tres como revisores, para asegurar que el proceso es llevado a cabo con toda claridad.
Desde el cónclave de 1914, una chimenea se instala temporalmente en la Capilla Sixtina, donde tras cada votación se queman las papeletas. Si el humo que sale de la chimenea tras la votación es de color negro, significa que no ha sido elegido ningún candidato, pero si el humo que sale de la chimenea es de color blanco, significa que un nuevo pontífice ha sido elegido, en lo que se conoce como fumata bianca.
¿Quiénes votan? El cuerpo cardinalicio más diverso de la historia
El cónclave cuenta con 133 cardenales electores provenientes de 71 países, el grupo más numeroso y diverso jamás reunido. Una gran parte fue nombrada por el papa Francisco, quien priorizó la inclusión de regiones tradicionalmente marginadas como América Latina, África y Asia. Se requiere una mayoría de dos tercios (al menos 89 votos) para elegir al sucesor.
El proceso estuvo precedido por controversia tras la llegada a Roma del cardenal canadiense Marc Ouellet, quien había sido relevado por Francisco debido a señalamientos de conducta impropia. Aunque aún enfrenta un proceso disciplinario, inicialmente se esperaba su participación. Finalmente, Ouellet optó por retirarse del cónclave para evitar distracciones en una elección crucial para el futuro de la Iglesia.
PUBLICIDAD
Los papables: posibles sucesores de Francisco
Entre los nombres que más suenan para suceder a Francisco están:
- Pietro Parolin (Italia): actual secretario de Estado del Vaticano.
- Robert Francis Prevost (EE. UU.): con raíces latinas, a cargo de la Congregación para los Obispos.
- Luis Antonio Tagle (Filipinas): figura progresista cercana a Francisco.
- Matteo Zuppi (Italia): vinculado a la Comunidad de San Egidio, mediador en conflictos.
- Jean-Claude Hollerich (Luxemburgo): defensor de reformas dentro del Sínodo.
Desde Roma: voces de esperanza para los más pobres
En entrevista con Metro Puerto Rico, Joseph Boland, vicepresidente de Catholic Extension Society, expresó desde el Vaticano su deseo de que el nuevo pontífice continúe una Iglesia cercana a los marginados.
“Queremos un pastor que esté cerca del grito de los pobres. Francisco hablaba nuestro lenguaje: el de ir a las periferias. Esa es nuestra esperanza ahora también”, indicó Boland, cuya organización apoya comunidades empobrecidas en Estados Unidos y Puerto Rico.
También destacó el peso de los cardenales latinoamericanos y africanos, afirmando que “representan el grito de los pobres” y llevarán esa perspectiva pastoral al cónclave.
Una mirada desde Puerto Rico: humildad y firmeza
Desde San Juan, el padre Enrique “Kike” Camacho, director de Cáritas Puerto Rico, coincidió en la necesidad de un líder espiritual firme pero compasivo.
“Debe ser un hombre de Dios. Alguien humilde, pero también capaz de tender puentes en medio de los conflictos globales que vivimos”, afirmó en entrevista con Metro.
Camacho resaltó que la elección papal tendrá un impacto directo sobre organizaciones humanitarias como Cáritas. “El papa es la cabeza de toda la Iglesia. Sus decisiones nos afectan a todos. Francisco, por ejemplo, unificó varios dicasterios para impulsar el desarrollo humano integral, lo que marcó nuestra dirección pastoral”, explicó.
También destacó el peso del bloque latinoamericano en el cónclave. “Francisco se esmeró en nombrar cardenales latinoamericanos. Algunos están en posiciones administrativas clave y tendrán una voz influyente en esta elección”, puntualizó.
¿Y desde Puerto Rico, cóm
o se acompaña el proceso?
Para Camacho, la clave es la oración. “No tenemos control desde fuera. Nuestro papel es orar al Espíritu Santo para que ilumine a los cardenales. Es tiempo de esperanza y de unidad”, enfatizó.
CURIOSIDADES
Cinco datos curiosos sobre cónclaves pasados.
El más corto: Antes de 1274, hubo ocasiones en que el nuevo papa era elegido el mismo día de la muerte de su predecesor. Desde entonces la Iglesia decidió esperar al menos 10 días antes de la primera votación. El cónclave más rápido bajo la norma de los 10 días fue la elección de Julio II en 1503, que se decidió en unas pocas horas. El papa Francisco fue elegido en 2013 en la quinta votación, Benedicto XVI ganó en 2005 en la cuarta y el Pío XII lo hizo en la tercera en 1939.
El más largo: En el siglo XIII, los cardenales tardaron 1.006 días (entre noviembre de 1268 y septiembre de 1271) en elegir al sucesor del papa Clemente IV, convirtiéndose en el cónclave más largo en la historia. De ahí procede también el término cónclave, o “bajo llave”, ya que los cardenales que se reunían en Viterbo, al norte de Roma, tardaron tanto que los ciudadanos los encerraron para agilizar el proceso.
El primero en la Capilla Sixtina: El primer cónclave celebrado bajo los frescos de Miguel Ángel que decoran el techo de la Capilla Sixtina fue en 1492. Desde 1878, el recinto se ha convertido en el escenario de todos los cónclaves.
El papa más jóven y el papa más viejo: El papa Juan XII tenía solo 18 años cuando fue elegido en 955. Los más viejos fueron Celestino III, elegido en 1191, y Celestino V, en 1294, con casi 85 años.
Un papa no cardenal: No es necesario que el papa sea cardenal, pero ese ha sido el caso durante siglos. El último en salir elegido sin este rango fue Urbano VI en 1378, que era monje y arzobispo de Bari.