RAFAH, Franja de Gaza (AP) — Israel ordenó el sábado nuevas evacuaciones en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, obligando a decenas de miles de personas más a desplazarse cuando se prepara para expandir su operación militar más cerca de la populosa área central, desafiando la creciente presión de su cercano aliado Estados Unidos y otros países.
Al tiempo que las protestas propalestinas continúan, el ejército israelí informó que se desplazaba hacia un área del devastado norte de Gaza, donde aseguró que el grupo armado Hamás se había reagrupado tras siete meses de combates.
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Israel ha evacuado ya el tercio oriental de Rafah, y el alto portavoz militar, el contralmirante Daniel Hagari, ha declarado que decenas de milicianos han sido abatidos allí cuando “proseguían las operaciones selectivas”. Naciones Unidas ha advertido que la invasión a gran escala de Rafah paralizará aún más las operaciones humanitarias y causará un aumento de las muertes de civiles.
Rafah colinda con Egipto cerca de los principales puntos de entrada, que ya se han visto afectados. Tropas israelíes han capturado el lado gazatí del cruce de Rafah, obligando a cerrarlo. Egipto se ha rehusado a coordinar con Israel el suministro de ayuda a través del cruce de Rafah debido a “la inaceptable escalada israelí”, indicó el sábado el canal estatal Al Qahera News, citando a un funcionario anónimo.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que no proporcionará armas ofensivas a Israel para Rafah, y el viernes Washington señaló que había evidencias “razonables” de que su aliado había incumplido la ley internacional que protege a los civiles. La declaración es la más contundente emitida por la Casa Blanca sobre esta cuestión.
En respuesta, Ophir Falk, asesor de política exterior del primer ministro israelí, dijo a The Associated Press que Israel actúa en conformidad con las leyes del conflicto armado y que el ejército toma amplias medidas para evitar las bajas civiles, entre ellas, alertar a la población sobre las operaciones militares mediante llamadas telefónicas y mensajes de texto.
Más de 1,4 millones de palestinos —la mitad de la población de Gaza— se habían refugiado en Rafah, la mayoría tras huir de la ofensiva israelí en otras zonas. Las evacuaciones están obligando a los palestinos a regresar hacia el norte, a zonas arrasadas en ataques israelíes previos. Las agencias humanitarias estiman que unas 110.000 personas se habían marchado hasta el sábado, y que la última orden elevará esa cifra en otras 40.000.
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“¿Esperamos a que todos muramos unos sobre otros? Así que decidimos irnos. Es mejor”, dijo Hanan al-Satari, residente de Rafah, mientras varias personas se apresuraban a cargar en vehículos colchones, tanques de agua y otras pertenencias.
“El ejército israelí no tiene un área segura en Gaza. Lo atacan todo”, dijo Abu Yusuf al-Deiri, que fue desplazado previamente de la ciudad de Gaza.
Muchas personas han sido desplazadas más de una vez. Quedan pocos lugares a donde ir. Algunos palestinos son enviados a lo que Israel denomina zonas seguras humanitarias a lo largo de la costa de Muwasi, que ya está sobrepoblada, con cerca de 450.000 personas en condiciones miserables.
Georgios Petropoulos, de la agencia humanitaria de la ONU en Rafah, dijo que los trabajadores humanitarios no tenían suministros para ayudar a la gente a instalarse en nuevos lugares.
“Simplemente no tenemos carpas, no tenemos mantas, no tenemos ropa de cama”, lamentó.
El Programa Mundial de Alimentos había dicho que se quedará sin alimentos para distribuir en el sur de Gaza para el sábado, de acuerdo con Petropoulos: Un desafío más ya que partes de Gaza se enfrentan a lo que el jefe del PMA ha llamado “hambruna en toda regla”. Los grupos de ayuda han afirmado que el combustible se agotará pronto, lo que obligará a los hospitales a cerrar operaciones críticas.
También hubo intensos combates en el norte de Gaza, donde Hagari dijo que la fuerza aérea estaba llevando a cabo ataques aéreos. A los palestinos de Jabaliya, Beit Lahiya y zonas circundantes se les dijo que se marcharan a refugios en el oeste de la ciudad de Gaza, advertidos de que Israel atacaría con “gran fuerza”.
El norte de Gaza fue el primer objetivo de la ofensiva terrestre israelí lanzada después que Hamás y otros milicianos atacaran el sur de Israel el 7 de octubre, matando a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomando a otras 250 como rehenes. Aún conservan unos 100 cautivos y los restos de más de 30. Hamás afirmó el sábado que el rehén Nadav Popplewell había muerto tras resultar herido en un ataque aéreo israelí hace un mes, pero no aportó pruebas.
Los bombardeos y las ofensivas terrestres de Israel han matado a más de 34.800 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no distingue entre civiles y combatientes en sus cifras.
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Sam Mednick reportó desde Tel Aviv; Samy Magdy desde El Cairo, y Jack Jeffery desde Jerusalén.