Los meticulosamente equilibrados acuerdos de poder compartido de Irlanda del Norte se desbalancearon el viernes cuando el líder del partido unionista más grande de la región dimitió tras ser acusado por delitos sexuales cometidos hace tiempo.
Jeffrey Donaldson informó al Partido Democrático Unionista (DUP, por sus siglas en inglés) que dejaba su puesto debido a la investigación y ha sido suspendido del partido en espera del resultado del proceso judicial, señaló el DUP en un comunicado.
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El anuncio se dio después que la policía de Irlanda del Norte indicara que un hombre de 61 años fue arrestado y acusado de delitos sexuales cometidos hace tiempo. Una mujer de 57 años fue acusada de ayudar en delitos adicionales y de complicidad, informó el Servicio Policial de Irlanda del Norte. Ambos sospechosos deberán comparecer ante la corte el 24 de abril.
La policía británica no suele identificar a los sospechosos por su nombre.
Donaldson, quien ha dirigido al DUP desde 2021, es la figura más poderosa en el movimiento unionista de Irlanda del Norte, que intenta mantener los históricos lazos de la región con el Reino Unido. Su salida probablemente debilite al partido cuando se prepara para las elecciones parlamentarias del Reino Unido dentro de unos meses e intenta defenderse de las demandas del partido nacionalista Sinn Fein de reunificación con la República de Irlanda en el sur.
Donaldson, quien ha sido miembro del Parlamento desde 1997, pasó los últimos dos años jugando un arriesgado juego de póker político al tiempo que intentaba sacar concesiones del gobierno británico sobre los acuerdos comerciales post-Brexit con la Unión Europea, que los unionistas creen que será una amenaza a sus vínculos con el resto del Reino Unido.
Sacó al DUP del gobierno de poder compartido de Irlanda del Norte en enero de 2022, lo que paralizó a instituciones creadas para equilibrar las demandas de unionistas y nacionalistas. El partido finalmente acordó retomar el poder compartido a principios de este año después que las autoridades en Londres proporcionaran una serie de garantías sobre la postura constitucional de la región con el Reino Unido. El gobierno del Reino Unido también acordó darle a Irlanda del Norte más de 3,800 millones de dólares (3,000 millones de libras) para sus deficientes servicios públicos una vez que el gobierno de Belfast se reencaminara.