Cuando el presidente de Ucrania Volodymyr Zelenskyy habló con líderes del Congreso en Washington a finales del año pasado, les dijo en privado lo que ahora se sabe públicamente: pueden ganar la guerra contra Rusia con las armas estadounidenses, pero sin ellas, el presidente ruso Vladímir Putin saldría victorioso.
En una reunión posterior con el nuevo presidente de la cámara, Mike Johnson, la fecha límite inminente para entregar los suministros cobró importancia.
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Ahora que la ayuda estadounidense para Ucrania se tambalea en el Congreso, Johnson debe decidir lo que ocurrirá después.
Los líderes republicanos determinarán si la cámara aprobará más ayuda para Ucrania o dejará que el compromiso de Estados Unidos se disipe, lo que sería el fin para la acosada joven democracia de Kiev.
“Debemos ayudar ahora”, imploró al Congreso el presidente Joe Biden el viernes desde la Casa Blanca. Y Zelenskyy dijo el sábado en una conferencia de prensa con la vicepresidenta Kamala Harris en Alemania que Ucrania contaba con una “decisión positiva” del Congreso respecto a la “ayuda vital” de su “socio estratégico”.
Las decisiones políticas que se tomarán en el Congreso son profundamente inciertas. Johnson insiste en que no lo van a “apresurar” para aprobar el paquete de 95,300 millones de dólares en ayuda al exterior aprobado por el Senado, a pesar del apoyo abrumador de la mayoría de los demócratas y de casi la mitad de los republicanos. Sin embargo, aún debe trazar una ruta para avanzar en su cámara.
Aunque muchos legisladores consideran a Putin una amenaza mundial, particularmente después de que Rusia intervino en favor de Donald Trump en la elección de 2016, los colegas de Johnson en la extrema derecha se muestran cada vez más ambivalentes respecto a la agresividad y el liderazgo autoritario de Putin, como se ve en los videos elogiosos del conservador Tucker Carlson desde Moscú tras su reciente entrevista al presidente ruso.
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Ni siquiera la súbita muerte de Alexei Navalny, el prisionero político más famoso de Rusia y el mayor rival de Putin, pareció llevar al presidente de la Cámara a comprometerse el viernes a apoyar a Ucrania.
Si se somete a votación el paquete de ayuda de 95,000 millones de dólares, Johnson obtendría el apoyo abrumador en la Cámara por parte de una coalición de demócratas y republicanos. La parte fundamental del paquete son los 61.000 millones de dólares para Ucrania, principalmente en forma de equipo militar estadounidense.
Pero para Johnson, que tiene en cuenta su propio futuro político, las opciones son distintas. Si recurre a los demócratas para establecer una sociedad, es probable que enfrente llamados inmediatos para su destitución.
Distintas coaliciones de legisladores tratan de crear soluciones para ayudar a Johnson a lidiar con la división.
Una idea, propuesta por legisladores republicanos y demócratas centristas, sería reducir el paquete a 66,000 millones de dólares, principalmente ayuda militar, con cerca de 48.000 millones de dólares para Ucrania, pero sin la ayuda económica o humanitaria del proyecto de ley aprobado por el Senado.
Otra idea es embargar parte de los 300,000 millones de dólares en activos rusos en los bancos estadounidenses, algo que el gobierno de Biden ha considerado, y que Johnson pareció mencionar en su declaración del viernes, mientras busca formas de evitar el uso del dinero de los contribuyentes para pagar la ayuda militar a Ucrania.