RAFAH, Franja de Gaza (AP) — Un ataque israelí contra una vivienda mató a 16 personas, la mitad menores, en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, dijeron los médicos a primera hora del jueves, mientras el ejército continúa bombardeando objetivos en zonas del asediado enclave donde había pedido a los civiles que se refugiasen.
Por el momento se desconocía si los medicamentos que entraron en el territorio el miércoles como parte de un acuerdo mediado por Francia y Qatar han sido distribuidos entre las docenas de rehenes de Hamás con enfermedades crónicas.
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Más de 100 después de que un ataque de Hamás provocó el inicio de la guerra el 7 de octubre, Israel sigue librando una de las campañas militares más letales y destructivas de la historia reciente con el objetivo de desmantelar el grupo insurgente que ha gobernado la Franja desde 2007 y liberar a los rehenes. Esto ha avivado las tensiones en todo Oriente Medio y amenaza con desencadenar otros conflictos.
Más de 24,000 palestinos han muerto, alrededor del 85% de los 2,3 millones de habitantes del territorio costero han huido de sus hogares y, según Naciones Unidas, un cuarto de la población no tiene qué comer.
Cientos de miles de personas han acatado las órdenes de evacuación israelíes y abarrotan el sur de Gaza, donde los albergues gestionados por la ONU están desbordados y se han levantado enormes asentamientos con tiendas de campaña. Pero Israel sigue atacando lo que dice que son objetivos insurgentes en todo el territorio en operativos en los que a menudo fallecen mujeres y niños.
Talat Barhoum, médico en el hospital el-Najjar de Rafah confirmó los decesos en el ataque y dijo que había docenas de heridos más. Imágenes de The Associated Press tomadas en el hospital mostraban a familiares llorando sobre los cadáveres de sus seres queridos.
“Tenían hambre, se estaban muriendo de hambre y ahora también han sido atacados”, afirmó Mahmoud Qassim, pariente de algunas de las víctimas.
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Los servicios de internet y telefonía móvil no funcionan en Gaza desde hace cinco días, el apagón más grande de los que se han producido durante la guerra, según NetBlocks, un grupo que aboga por el acceso a internet. Los cortes complican las operaciones de rescate y la obtención de información sobre los últimos ataques y las víctimas.
La violencia se ha extendido por todo Oriente Medio: grupos respaldados por Irán han atacado objetivos estadounidenses e israelíes; hay combates de baja intensidad entre Israel y la milicia libanesa Hezbollah en la frontera amenazan con derivar en una guerra total, y los rebeldes hutíes en Yemen siguen atacando la navegación internacional a pesar de los bombardeos aéreos de una coalición encabezada por Estados Unidos.
Irán ha lanzado una serie de ataques con misiles contra lo que describió como una base de espionaje israelí en Irak y bases insurgentes en Siria y Pakistán, que a su vez llevó a cabo una operación en represalia en lo que calificó de escondites insurgentes en territorio iraní a primera hora del jueves.
No estuvo claro si las operaciones en Siria y Pakistán estaban relacionadas con la guerra en Gaza. Pero mostraron la capacidad de Teherán para llevar a cabo ataques con misiles de largo alcance en un momento de creciente tensión con Israel y Washington, que ha ofrecido un respaldo crucial a su aliado en su campaña en la Franja y lanzado sus propios ataques contra grupos aliados de Irán en Siria e Irak.
Israel ha prometido que desmantelará las capacidades militares y de gobierno de Hamás para que nunca pueda repetir el ataque del 7 de octubre que dio inicio a la guerra. Los insurgentes superaron las defensas fronterizas israelíes e irrumpieron en varias comunidades matando a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y capturando a unas 250 más.
Las autoridades israelíes se han comprometido además a llevar de vuelta al país a los más de 100 rehenes que continúan en Gaza luego de que Hamás liberó a casi todos los demás como parte de un canje por presos palestinos en noviembre.
Familiares y simpatizantes conmemoraban el jueves el primer cumpleaños de Kfir Bibas, el rehén israelí más joven, con una sombría ceremonia en Tel Aviv. El bebé pelirrojo y su hermano Ariel, de 4 años, fueron capturados junto a su madre, Shiri, y a su padre, Yarden, y los cuatro siguen retenidos.