Un prisionero político murió en Bielorrusia luego de que las autoridades no le brindaron la atención médica adecuada, informó el lunes un grupo defensor de derechos humanos, en un deceso que ha puesto de manifiesto las duras condiciones en las cárceles bielorrusas.
Vadzim Khrasko murió de neumonía en una colonial penal cerca de la ciudad de Vitebsk, en el noreste del país, luego de que las autoridades demoraron en llevarlo a un hospital, ignorando sus súplicas de ayuda, informó el respetado centro de derechos humanos Viasna. Falleció el 9 de enero, pero la colonia penal reportó su muerte hasta ahora.
PUBLICIDAD
Khrasko, un especialista de tecnología de la información que murió a la edad de 50 años, cumplía una sentencia de tres años bajo cargos de ofrecer donativos a grupos de oposición que las autoridades catalogaron como “extremistas”.
El activista político Leanid Sudalenka, que cumplió su pena de tres años en la misma colonia, comentó a The Associated Press tras terminar su periodo en prisión que casi muere cuando el COVID-19 impactó la instalación. Dijo que él y otros prisioneros políticos tuvieron que portar una etiqueta amarilla en sus uniformes para que pudieran ser identificados fácilmente por los guardias, quienes, según dijo, los molestaban, maltrataban y humillaban frecuentemente.
Sudalenka señaló que los métodos de acoso pueden variar desde enviarlos a las celdas de castigo y un aislamiento total de información, hasta negarles una reunión con un abogado, la atención médica y el acceso a medicamentos.
Hay otros prisioneros que no han sobrevivido al encarcelamiento, incluido el artista Ales Pushkin, que murió en julio a causa de una úlcera perforada tras no recibir atención médica, y Vitold Ashurak, cuyo cuerpo fue entregado a sus familiares en 2021 aún con una venda en la cabeza.
Las autoridades bielorrusas han tomado medidas enérgicas contra los opositores al presidente autoritario Alexander Lukashenko tras enormes protestas provocadas por las elecciones de agosto de 2020 que le dieron un sexto periodo en el cargo. Los comicios fueron considerados un fraude por la oposición y por países de Occidente.