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Venezolanos votan en referendo para reclamar soberanía de territorio en disputa con Guyana

Entre 23% y 24% del total de electores acudieron a su centro de votación en el oeste de Caracas

Un miembro de la Milicia Bolivariana vota en un referéndum sobre el reclamo de Venezuela sobre el Esequibo, una región administrada y controlada por Guyana, en Caracas, Venezuela, el domingo 3 de diciembre de 2023. Los votantes responderán cinco preguntas sobre el futuro de la tierra en disputa, incluido si apoyan convertirlo en un estado venezolano. (Foto AP/Matías Delacroix)
Venezuela Un miembro de la Milicia Bolivariana vota en un referéndum sobre el reclamo de Venezuela sobre el Esequibo, una región administrada y controlada por Guyana, en Caracas, Venezuela, el domingo 3 de diciembre de 2023. Los votantes responderán cinco preguntas sobre el futuro de la tierra en disputa, incluido si apoyan convertirlo en un estado venezolano. (Foto AP/Matías Delacroix) (Matias Delacroix/AP)

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Los venezolanos votaban el domingo en un referendo convocado por el presidente Nicolás Maduro para reclamar soberanía sobre una gran franja de la vecina Guyana, argumentando que el territorio rico en petróleo y minerales fue robado cuando se trazó la frontera hace más de un siglo.

Guyana considera que el referendo es un paso hacia la anexión y que la votación tiene nerviosos a sus habitantes. En la consulta se pregunta a los venezolanos si apoyan el establecimiento de un nuevo estado en el territorio en disputa, conocido como Esequibo, en el cual Venezuela otorgará ciudadanía a los residentes actuales y futuros, rechazando a la jurisdicción del máximo tribunal de Naciones Unidas para resolver el desacuerdo entre los dos países sudamericanos.

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No está claro cómo pretenden las autoridades venezolanas concretar esa idea de ejercer jurisdicción sobre ese territorio una vez lo declare parte de Venezuela, actualmente conformada por 23 estados y un distrito capital.

“Hoy vamos a salir más fuertes como país, hablar duro, claro, poderoso y la voz de Venezuela se va hacer una sola, aquí está decidiendo un pueblo”, señaló Maduro tras votar de primero, como es su costumbre, en un centro de sufragio ubicado en el Fuerte Tiuna de Caracas —el mayor complejo militar del país.

El mandatario acudió acompañado de su esposa y varios de sus más cercanos colaboradores, entre ellos la vicepresidenta Delcy Rodríguez.

“Nosotros estamos resolviendo por la vía constitucional, pacífica y democrática un despojo imperial de 150 años”, aseveró.

En un recorrido por la capital venezolana que realizó The Associated Press en los centros de votación se podían ver filas de 30 personas y en algunas de ellas los electores pasaban directo a las mesas vacías, en contraste de otros procesos cuando desde las primeras horas de la mañana cientos de personas se aglomeraban para sufragar.

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“Vine a votar porque el Esequibo es nuestro y espero que sea lo que sea que vaya a hacer, se medite bien y se tenga en mente nunca poner en riesgo la paz”, dijo Juan Carlos Rodríguez, un comerciante de 37 años que aprovechó para votar temprano luego de ver que frente a su recinto de votación, en el centro de Caracas, apenas había un puñado de personas en fila.

En una declaración a la hora de cierre de los centros de votación, prevista originalmente para las 6:00 de la tarde (2200 GMT), Elvis Amoroso, presidente de la directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE), anunció “la decisión de prorrogar hasta dos horas más este proceso electoral”, argumentando que ante “la participación masiva que hemos visto”, la votación se extenderá en las mesas en que existan electores por sufragar.

En contraste, Ángela Albornoz, de 62 años, integrante de las organizaciones de base del partido gobernante conocidas como “jefes y jefas de comunidad”, dijo a la AP que calculaba que entre 23% y 24%, del total de electores acudieron a su centro de votación en el oeste de Caracas. Esa cifra de participación está por debajo de sus expectativas para un proceso que convocó a todos los venezolanos, “sin importar el color” político.

El presidente de Guyana, Mohamed Irfaan Ali, reconoció el domingo que muchos guyaneses ven con recelo el referendo y en un mensaje a la nación trató de calmarlos.

Afirmó que “no tienen nada que temer en las próximas horas, días y meses”. Añadió que Guyana está utilizando la diplomacia como su “primera línea de defensa” y está trabajando continuamente para garantizar que sus “fronteras permanezcan intactas”.

“No voy a entrar en la política interna de Venezuela ni en su formulación de políticas, pero quiero advertir a Venezuela que esta es una oportunidad para que demuestren madurez, una oportunidad para que demuestren responsabilidad, y los convocamos. una vez más para unirse a nosotros para... permitir que el estado de derecho funcione y determine el resultado de esta controversia”, acotó Ali.

Venezuela y Guyana se disputan el denominado Esequibo, un territorio continental de unos 159.500 kilómetros cuadrados (61.600 millas cuadradas), que los venezolanos reclaman como suyo desde 1897, puesto que esa región estaba bajo su jurisdicción durante la colonia española.

Desde 2015 ambos países han enfrentado sucesivas fricciones a consecuencia de las exploraciones petroleras que realiza una subsidiaria de la estadounidense Exxon Mobil en parte del área en disputa.

El gobernante venezolano ha declarado que son ilegales las concesiones petroleras otorgadas por Georgetown en áreas marítimas frente al Esequibo, argumentando que Guyana no tiene jurisdicción en esas áreas marítimas que están aún sin delimitar.

Maduro insiste en la postura histórica de Venezuela de resolver el litigio mediante negociaciones en el marco del llamado Acuerdo de Ginebra suscrito con Reino Unido el 17 de febrero de 1966, justo 98 días antes de lograr su independencia. En ese entonces, Londres reconoció el reclamo de Venezuela, abriendo la posibilidad de encontrar un arreglo diplomático y satisfactorio para las partes.

En 2016, el ahora ex secretario general de la ONU Ban Ki-moon reforzó el proceso de buenos oficios, que se remontaba a 1990, y advirtió entonces que si para finales de 2017 no se daba un avance importante en el caso del Esequibo, debería llevarse ante la Corte Internacional de Justicia. Ese día finalmente llegó.

En 2018, Guyana inició una demanda ante la CIJ para que ratifique el fallo de 1899, cuando Guyana era una colonia británica en la región. En abril, la Corte emitió una sentencia contra Venezuela y se declaró competente para seguir con el caso.

Maduro ha exhortado repetidamente al secretario general de la ONU, António Guterres, a que renueve sus buenos oficios para reactivar el diálogo bilateral. Guyana descarta esa opción.

El gobierno guyanés —que cataloga la iniciativa venezolana como una “amenaza existencial” ideada para allanar el camino hacia la anexión de dos terceras partes de su país— pidió a la Corte Internacional de Justicia el 14 de noviembre que emitiera urgentemente una serie de órdenes, siendo una de ellas la de detener el referendo en su forma actual y eliminar tres de las cinco preguntas.

La corte ordenó el viernes a Venezuela que se abstenga de adoptar medidas que alteren el control de Guyana sobre el Esequibo, aunque no se pronunció explícitamente sobre el referendo.

Pese a catalogar el dictamen de la CIJ como una victoria, asumiendo que el máximo tribunal de la ONU desechó las solicitudes de Guyana, Venezuela insistió que “de ninguna manera implica” el reconocimiento del máximo tribunal de Naciones Unidas como medio de resolución de la disputa territorial.

Si bien la corte previamente falló que la causa tiene mérito y que la CIJ tiene jurisdicción en la disputa, pueden pasar años antes que emita un dictamen definitivo y vinculante.

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