WASHINGTON (AP) — El presidente estadounidense Joe Biden está tratando de endulzar su propuesta para destinar más dinero a Ucrania añadiendo miles de millones de dólares para proteger la frontera entre Estados Unidos y México, con la esperanza de atraer a más republicanos.
La idea surgió a finales del mes pasado, después de que la ayuda a Ucrania fuera eliminada de una medida provisional para mantener el gobierno en funcionamiento debido a la creciente resistencia republicana a financiar el esfuerzo bélico. Muchas cosas han cambiado desde el 30 de septiembre: la Cámara de Representantes ha perdido a su presidente y los republicanos no se ponen de acuerdo para elegir uno nuevo, y el ataque de Hamas a Israel del 7 de octubre ha provocado una petición de fondos mucho mayor por parte de la Casa Blanca.
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No está nada claro que la inclusión de unos 14.000 millones de dólares en dinero para la frontera en el paquete de gastos de 106.000 millones de dólares que la Casa Blanca envió el viernes al Congreso vaya a aplacar a los que se resisten.
“La frontera nunca ha sido una cuestión de dinero”, dijo el representante republicano Dan Crenshaw. “Siempre ha sido una cuestión política. Así que tenemos que meternos en una habitación, ir a la Casa Blanca y resolverlo”.
Puede que el conflicto en Medio Oriente haya alejado por ahora parte de la atención de la frontera entre Estados Unidos y México, pero los retos migratorios a los que se enfrenta Estados Unidos son cada vez más difíciles de resolver. Los líderes demócratas, tanto a nivel estatal como local, piden ayuda federal para atender a las familias inmigrantes que viven en albergues miserables y duermen en comisarías. Los republicanos critican duramente las políticas fronterizas de Biden por considerarlas demasiado laxas. Y el Congreso no ha aprobado una reforma de la inmigración en décadas.
Cada vez hay más migrantes en la frontera, y Biden ha afirmado reiteradamente que el Congreso debe actuar para corregir las obsoletas leyes de inmigración. Pero mientras tanto, su gobierno ha desarrollado políticas destinadas a disuadir a los inmigrantes de emprender un viaje peligroso y a menudo mortal, al tiempo que abre nuevas vías de inmigración legal.