INDEPENDENCE, Missouri, EE.UU. (AP) — Es un lunes de septiembre, pero como las escuelas están cerradas, los niños de la familia Pruente no tienen a dónde ir. Callahan, de 13 años, se retuerce y hace un arco con su espalda mientras Hudson, de 7 años, juguetea con un globo y Keegan, de 10, toca el piano.
Al igual que un número cada vez mayor de estudiantes en Estados Unidos, los niños Pruente tienen un horario escolar de cuatro días, un cambio que entró en vigor este otoño en su distrito en Independence, Missouri.
PUBLICIDAD
Para los niños es algo fantástico. "¡Tengo una pausa de tres días de la escuela!”, exclamó Hudson.
Pero su madre, Brandi Pruente, maestra de francés en un distrito vecino de la periferia de Kansas City, se siente frustrada al tener que buscar actividades para mantener a sus hijos entretenidos y alejados de los dispositivos electrónicos mientras ella trabaja cinco días a la semana.
“Siento como si hubiera vuelto a la época del encierro por el COVID-19", comentó.
Cientos de sistemas escolares a lo largo y ancho del país han adoptado semanas de cuatro días en los últimos años, sobre todo en las áreas rurales y occidentales. Entre las razones para dicha elección, los distritos alegan el ahorro de costos y ventajas en la contratación de profesores, aunque algunos han cuestionado los efectos sobre los alumnos, que ya perdieron un aprendizaje significativo durante la pandemia.
Para los padres también existe la complicación añadida, y el costo, de organizar el cuidado de los niños durante ese día extra de la semana. Aunque las encuestas muestran que los padres lo aprueban en general, el apoyo disminuye entre los que tienen hijos más pequeños.
PUBLICIDAD
Ese lunes, Brandi Pruente estaba en casa porque Hudson tenía un misterioso sarpullido en el brazo. La mayoría de las semanas, es su hija mayor quien lo cuida, con ayuda ocasional de parte de los abuelos. No le interesa pagar la opción de guardería que ofrece el distrito por 30 dólares al día. Si se multiplica esa cantidad por varios niños, el monto de la cuenta se dispara.
“Quiero que mis hijos estén en un entorno educativo”, explicó, “y no quiero pagar para que alguien los cuide”.
Incluso así, el servicio de guardería que el distrito provee no es tan conveniente porque no está disponible en todas las escuelas. Y en otros distritos que sólo tienen cuatro días de clases, tantos padres adaptan sus horarios de trabajo o recurren a familiares para que les ayuden en ese día que el servicio de guardería ha sido suprimido debido al bajo número de alumnos matriculados.
Eso es especialmente problemático para los padres de niños pequeños y para aquellos cuyas discapacidades pueden hacer que encontrar un servicio de guardería suponga un reto adicional.
En más de 13.000 distritos escolares en el país, casi 900 siguen un horario trunco, frente a los 662 de 2019 y los poco más de 100 en 1999, indicó Paul Thompson, profesor adjunto de economía de la Universidad Estatal de Oregón.
Esta práctica se ha popularizado sobre todo en comunidades rurales, donde las familias suelen tener un progenitor que se queda en casa o un abuelo que vive cerca. Pero Independence, conocida sobre todo por sus nexos con el presidente Harry Truman, no tiene nada de rural: cuenta con 14.000 alumnos, de los cuales alrededor del 70% son elegibles para recibir comidas subvencionadas por el gobierno.
El distrito ofrece comidas los lunes, pero no en todas las escuelas. A partir de octubre, los estudiantes que tengan dificultades en el aprendizaje podrán asistir a la escuela los lunes para recibir ayuda adicional. El superintendente Dale Herl dijo que, conversando con funcionarios de otros distritos, se convenció de que los padres se las arreglarían para cuidar a los demás alumnos.
“Hay que examinar y ver: ¿qué hacen los padres de familia en el verano? ¿Qué hacen durante las vacaciones de primavera o las de Navidad?”, comentó, e hizo notar que las escuelas ya tenían días sin clases entre semana para ocasiones como las conferencias para profesores.
Desde la pandemia, el número de distritos que maneja fines de semanas de tres días ha aumentado en Missouri del 12% al 30%. Algunos legisladores del estado se han opuesto, argumentando que los estudiantes necesitan pasar más tiempo con los maestros. Una propuesta legislativa que fracasó habría permitido a los alumnos de distritos de cuatro días trasladarse o asistir a escuelas privadas, y sus distritos de origen se harían cargo de los gastos.
Algunos recurren a un horario recortado para ahorrar dinero. Según un análisis de la Comisión Económica de los Estados, ese ahorro es modesto: entre el 0,4% y el 2,5% de sus presupuestos anuales.
Para muchos sistemas escolares —incluido el de Independence—, que alargaron las horas de clases en los otros cuatro días que sí se imparten, la esperanza es impulsar la contratación y retención de maestros. Algunos sistemas escolares que hacen el cambio están compitiendo contra los distritos que son capaces de pagar hasta 15.000 dólares más, con sólo 15 minutos añadidos al viaje diario para llegar a la escuela, dijo Jon Turner, profesor adjunto de educación de la Universidad Estatal de Missouri.
Pero cuando un distrito cambia a una semana escolar más corta, obtiene una ventaja de contratación sobre los demás.
Otros distritos no tardan en seguir su ejemplo, lo que convierte la semana escolar reducida en una solución “curita” con rendimientos decrecientes, según Margie Vandeven, comisionada de Educación de Missouri.
“Si todo el mundo adopta una semana escolar de cuatro días”, dijo, “eso ya no es una estrategia de reclutamiento”.
En algunas comunidades, la semana de cuatro días es mejor para las familias. En el distrito Turner, en la región centro-norte de Montana, tomar los viernes libres evita caer en situaciones como los partidos de básquetbol que se juegan en distritos a tres o más horas de distancia, y por los que sólo queda un pequeño número de estudiantes en la escuela, dijo el superintendente Tony Warren.
El cambio también proporciona otro día para trabajar en las granjas familiares en este distrito de poco más de 50 alumnos, indicó Warren, aunque ahora también ve que algunos distritos más grandes están adoptando este horario.
“Están haciendo el cambio a la semana de cuatro días porque todos los distritos de su entorno han adoptado una semana de cuatro días”, dijo.
El efecto sobre el rendimiento académico no está claro, aunque algunos estudios muestran que el horario no perjudica los resultados de los exámenes si los otros cuatro días lectivos se alargan para compensar el tiempo, señala Thompson.
Sin embargo, la Rand Corporation —un organismo de investigación sin fines de lucro— halló que las diferencias de rendimiento en los distritos de cuatro días, aunque inicialmente difíciles de detectar, se hicieron evidentes a lo largo de varios años.
Eso le preocupa a Karyn Lewis, de la organización de investigación NWEA, cuyo estudio reciente reveló que los estudiantes no están recuperando todo el terreno académico que perdieron durante la pandemia.
“Ahora no es el momento de hacer nada que ponga en riesgo la cantidad de instrucción que reciben los niños”, dijo.
En Independence la esperanza es que el programa de jornada reducida para alumnos con dificultades en los estudios, que empezará pronto, les ayude a ponerse al mismo nivel que sus compañeros. Mientras tanto, los estudiantes de más edad pueden tomar clases en un colegio comunitario.
Solamente unos cuantos distritos grandes han adoptado la semana de cuatro días. El distrito 27J al norte de Denver hizo el cambio en 2018 después de varios intentos fallidos para incrementar los impuestos con el fin de aumentar los salarios de los maestros. Como los distritos circundantes podían pagar más, la rotación de profesores se había convertido en un problema.
El superintendente Will Pierce dijo que las propias encuestas del distrito muestran ahora que casi el 80% de los padres y el 85% de los profesores apoyan el horario. “Reportan que hay calidad de vida”, declaró.
La demanda de guarderías, dijo, no ha sido enorme: son menos de 300 los niños que utilizan el programa del día libre en el distrito de 20.000 estudiantes.
Sin embargo, un estudio publicado este año reveló que los resultados de los exámenes habían bajado ligeramente en el distrito 27J, y que el valor de las viviendas también se había visto afectado en comparación con los distritos vecinos.
“Los votantes tienen que pensar en las desventajas”, dijo Frank James Perrone, uno de los autores del estudio y profesor adjunto de liderazgo educativo en la Universidad de Indiana.
Las jubilaciones de profesores han disminuido en Independence y las solicitudes de empleo han aumentado desde que se cambió el horario. Y todo eso es bueno, reconoció Brandi Pruente.
“Pero”, añadió, “no puede ser a costa de la comunidad ni de las familias del distrito”.
___
El equipo de educación de The Associated Press recibe apoyo de la Carnegie Corporation de Nueva York. La AP es la única responsable de todo el contenido.