El Gobierno de China ha anunciado que, a partir del miércoles, los viajeros que lleguen desde el extranjero no tendrán que presentar ningún test negativo de COVID-19, dando carpetazo así a una de las pocas medidas que aún persisten desde el estallido de la pandemia.
El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Wang Wenbin, ha confirmado este lunes los cambios en rueda de prensa, después de que en los últimos meses el gigante asiático haya reducido progresivamente los controles impuestos al turismo internacional.
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China, supuesto origen del virus SARS-CoV-2, mantuvo algunos de los protocolos más estrictos de todo el mundo para contener la pandemia, en virtud de una política que pasaba por reducir a cero la tasa de contagios a costa de imponer confinamientos indiscriminados.
En diciembre de 2022, puso fin a esta política de ‘casos cero’, lo que desencadenó una ola sin precedentes de contagios que ahora parece contenida. Las autoridades reconocieron decenas de miles de muertes en apenas una semana, aunque expertos internacionales dan por hecho que la cifra real es mucho mayor.
Como parte de esas medidas, se requería que los viajeros que llegaban se sometieran a cuarentenas de semanas en hoteles asignados por el gobierno.
Dichos confinamientos provocaron una desaceleración en la segunda mayor economía del mundo, lo que derivó en un creciente desempleo y raros casos de descontento.