Los primeros resultados oficiales de la segunda vuelta electoral en Guatemala mostraban el domingo que Bernardo Arévalo encabezaba la votación con el apoyo de votantes indignados con la corrupción y la incapacidad de la clase política para combatirla.
Con el 76,5% de los votos escrutados, el Tribunal Supremo Electoral informó en su página de internet que el candidato propuesto por el Movimiento Semilla lideraba el conteo con 59,52% frente al 35,8% de la ex primera dama Sandra Torres, de Unión por la Esperanza (UNE).
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Torres y Arévalo tienen visiones distintas de lo que la sociedad guatemalteca necesita.
Arévalo -de 64 años, diputado al Congreso, sociólogo e hijo del expresidente progresista Juan José Arévalo (1945-1951)- promete combatir la corrupción e impunidad que invade el país. Mientras Torres, de 67 años, apela a los valores conservadores y religiosos, también ofrece ayuda social y reducción en los precios de la canasta básica.
Es poco probable que esas cifras marquen el fin de los comicios pues se necesitaron más de dos semanas para que se certificaran los resultados oficiales de la primera ronda de votación en junio. Los partidos perdedores lograron que los tribunales intervinieran y ordenaran una segunda revisión del recuento de votos. Cuando las autoridades electorales finalmente estuvieron listas para certificar a los dos más votados que se medirían en el balotaje, la Fiscalía General anunció una investigación sobre las firmas que el Movimiento Semilla había reunido para registrarse como partido político.
Esa investigación continúa y los fiscales parecen estar en camino de despojar a Arévalo de su partido.
El balotaje es una de las elecciones más observadas de los últimos tiempos debido a las dificultades y la injerencia judicial que ha sufrido el proceso y que han puesto en alerta no sólo a la ciudadanía sino también a la comunidad internacional, que ha denunciado el riesgo que corre la democracia guatemalteca.
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El ganador tendrá como desafíos enfrentar la corrupción, la violencia y la inflación. Las mesas de votación abrieron sin reportes de problemas, aunque la magistrada del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Blanca Alfaro, denunció la víspera que había recibido amenazas de muerte vía telefónica y el domingo aseguró que podría presentar su renuncia al cargo debido a esa situación.
Salvo algunas quejas y denuncias sobre acarreo de personas o entrega de víveres a cambio de votos por parte de partidarios de Torres, la jornada transcurrió sin mayores incidentes. La fiscalía confirmó que se recibieron 17 denuncias por diversos delitos electorales y que se detuvo a ocho personas por obstruir centros de votación o hacer proselitismo a favor de un partido.
Para el politólogo Renzo Rosal la jornada fue tranquila, sin embargo, todo indica que hubo una disminución en la afluencia de votantes. Según el TSE la participación rodaba el 43
Rosal explicó que el momento más complejo de la jornada llegará tras el cierre de la votación. “La parte clave será después del cierre y podremos confirmar si hay una ola de impugnaciones como se había denunciado (por parte de fiscales del partido de Torres), si el perdedor acepta y reconoce los resultados y el TSE va a dar en corto tiempo el resultado y se logra oficializar”, dijo el analista.
Arévalo, de 64 años, sufragó temprano en medio de aplausos y vítores de seguidores. “Todo el mundo vaya a votar, vamos a votar temprano, vamos a votar con alegría, con tranquilidad. Es el momento, es una fiesta cívica”, expresó. Torres -ex esposa del fallecido expresidente Álvaro Colom (2008-2012)- también sufragó temprano, pero no declaraciones.
Erick Ruiz, un analista de datos de 29 años, fue con su madre a votar a un centro en la zona 21, un área periférica de la ciudad. “Creo que hay poca gente votando en comparación con la primera vuelta, quizás es por todo lo que ha ocurrido en el proceso, pero votar es muy importante”, señaló y recalcó que quien no esté conforme con el resultado de la votación tiene mecanismos para impugnar, “pero lo importante es que se respete y se asegure la voluntad de los ciudadanos”.
Las últimas encuestas mostraron el hartazgo de la sociedad con la política tradicional que con el clientelismo ha gobernado de forma corrupta e impune, según los expertos, lo que ha debilitado el Estado de Derecho e impuesto una percepción de desesperanza en la sociedad. Muestra de ello es que Arévalo, en su primera participación como candidato presidencial, le llevaba más del doble de ventaja a Torres en las encuestas.
Guatemala es el país más poblado de América Central y la economía más grande de la región y continúa luchando contra la pobreza y la violencia generalizadas que han llevado a millones a emigrar hacia Estados Unidos, principalmente.