Un sistema de corrientes oceánicas que transporta calor hacia el norte por el Atlántico septentrional podría desaparecer a mediados de siglo, según un nuevo estudio, y los científicos han advertido que si ello ocurre podría causar un catastrófico aumento del nivel del mar y un clima extremo en todo el planeta.
En las últimas décadas, los investigadores han planteado y minimizado el especto de la desaparición de la corriente atlántica. Incluso el tema dio pie a una película cuyo guion estaba bastante alejado de la ciencia.
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Hace dos años, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) dijo que una catástrofe de este tipo era improbable este siglo. Pero el nuevo estudio publicado en Nature Communications insinúa que la fecha podría no ser tan distante ni tan improbable como asegura la ciencia convencional.
La Circulación de Retorno Longitudinal del Atlántico es un sistema vital de corrientes oceánicas que hace circular el agua por el océano Atlántico, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés).
Es un proceso lento que tarda unos 1.000 años en completarse, pero se ha desacelerado incluso más desde mediados del siglo pasado.
Una desaceleración adicional o una desaparición total de la circulación podría crear un clima más extremo en el hemisferio norte, un aumento en el nivel del mar en la costa este de Estados Unidos y sequía para millones de personas en el sur de África, dijeron científicos en Alemania y Estados Unidos. Pero la fecha es incierta.
En el nuevo estudio, Peter y Susanne Ditlevsen, dos investigadores de Dinamarca, analizaron las temperaturas de la superficie del mar en el Atlántico norte entre 1870 y 2020 como indicador indirecto para evaluar esta circulación. Determinaron que el sistema podría desaparecer incluso en 2025 pero quizá también no antes de 2095, dadas las actuales emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global. Esto discrepa con la predicción del IPCC de 2021, que había considerado improbable que la desaparición de esa corriente ocurriera este siglo.
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“Existen grandes incertidumbres en este estudio, en muchos estudios previos, y en la evaluación global de las repercusiones climáticas, y los científicos a veces pasan por alto aspectos importantes que pueden conducir a una predicción tanto exagerada como incompleta de las consecuencias”, dijo en un comunicado Julio Friedmann, director científico de Carbon Direct, una compañía administradora de carbono. “Sin embargo, la conclusión es evidente: la adopción de medidas debe ser rápida y profunda para contrarrestar los principales riegos climáticos”.
Stefan Rahmstorf, coautor de un estudio de 2018 sobre el tema, publicó un amplio análisis del estudio de los Ditlevsen en RealClimate, un portal digital que publica comentarios de científicos climáticos. Si bien Rahmstorf dijo que es “muy incierto” el punto de inflexión para la desaparición de la circulación del Atlántico, también calificó de conservadoras las proyecciones del IPCC.
“Las pruebas apuntan cada vez más a que el riesgo es mayor a 10% para este siglo”, escribió. “Más bien habría que preocuparse por las próximas décadas”.