El Papa Francisco salió del hospital Gemelli de Roma este viernes tras estar diez días ingresado por una operación de una hernia producida por una cicatriz de una intervención anterior que superó sin complicaciones.
Francisco recibió el alta hospitalaria frente a los periodistas que lo esperaban en la puerta del hospital ha señalado: “Sigo vivo”. También, expresó su “dolor por los migrantes” que han muerto en el Mediterráneo en las últimas horas.
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Según informó la oficina de prensa del Vaticano, el rezo Ángelus del domingo y las audiencias de los próximos días están confirmados en su agenda. La oración dominical será la primera cita pública tras su hospitalización. Sin embargo, no está previsto que celebre la audiencia general del miércoles 21 de junio que “se cancela para salvaguardar la recuperación postoperatoria del Santo Padre”.
Poco después de las 10:00 y antes de regresar al Vaticano, Francisco visitó de forma privada a las monjas del Instituto Maria Santissima Bambina que “estaban reunidas para su capítulo general para saludar a la policía y agradecerles por su servicio”.
Además, durante su ingreso, Francisco visitó a los niños ingresados en el servicio de oncología y neurocirugía pediátrica de la décima planta del Policlínico Gemelli, donde se ha recuperado de la operación.
Ayer, jueves, cenó junto al personal médico, los enfermeros y auxiliares que le han asistido en el hospital desde su ingreso el pasado 7 de junio.
La evolución de Francisco, de 86 años, es satisfactoria y retoma su actividad laboral en el Vaticano este mismo viernes. La Prefectura de la Casa Pontificia canceló toda la agenda del papa prevista hasta el próximo domingo. De hecho, está previsto que el papa se reúna con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en el Vaticano en el marco de una gira internacional del líder brasileño a Europa.
“La semana que viene voy a Italia a hablar con el papa. Pero también quiero reunirme con el presidente de Italia. Hace muchos años que no recibimos a un presidente de Italia, y tenemos muchos italianos y sus descendientes aquí en Brasil. Necesitamos reforzar las relaciones”, anunció el propio Lula.
