WASHINGTON (AP) — Un 10% de la población de Estados Unidos parece haber sufrido de COVID de larga duración tras una infección con la variante ómicron, menos de lo que se pensó al inicio de la pandemia, según un estudio de casi 10.000 estadounidenses que busca esclarecer esa condición misteriosa.
Los hallazgos preliminares de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) enumeran una decena de síntomas asociados con el COVID de larga duración, término usado para referirse a problemas de salud que duran meses o incluso años después de tener siquiera una versión leve del COVID-19.
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Millones de personas en todo el mundo han padecido el COVID de larga duración, con síntomas que incluyen fatiga y confusión mental. Los expertos aún desconocen qué lo causa, por qué afecta solo a ciertas personas, cómo tratarlo, ni cuál es la mejor manera de diagnosticarlo. Una definición más estrecha de la condición sería clave para que los científicos den con las respuestas.
“A veces escucho a la gente decir, ‘Oh, todo el mundo está un poquito cansado’”, declaró la doctora Leora Horwitz de NYU Langone Health, uno de los autores del estudio. “Pero no, hay algo distinto en las personas que tienen COVID de larga duración, y es importante que eso se sepa”.
El estudio, publicado el jueves en el Journal of the American Medical Association, incluyó a más de 8.600 adultos que sufrieron COVID-19 en distintos puntos de la pandemia, y los comparó con otros 1.100 que no fueron infectados.
Algunos estimados apuntan a que alrededor de un tercio de las personas que tuvieron COVID-19 tuvieron la afección posterior al COVID. Eso se acopla a los participantes del estudio de los NIH que reportaron haberse enfermado antes de la propagación de la variante ómicron en Estados Unidos en diciembre de 2021. Fue también allí que inició el estudio, y los expertos notaron que las personas que ya tenían síntomas de COVID largo podrían estar más dispuestas a participar.
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Pero unos 2.230 tuvieron su primer caso de coronavirus después del inicio del estudio, lo que les permitió reportar sus síntomas en tiempo real, y solo un 10% experimentó síntomas persistentes después de seis meses.
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Estudios previos han sugerido que el riesgo de COVID persistente ha disminuido desde que llegó el ómicron; sus descendientes siguen propagándose.
La gran pregunta ahora es cómo identificar y ayudar a los que ya tienen COVID de larga duración.
El nuevo estudio se enfocó en una docena de síntomas que podrían ayudar a definir el COVID persistente: fatiga; confusión mental; mareos; síntomas gastrointestinales; palpitaciones cardíacas; problemas sexuales; pérdida del gusto u olfato; sed; tos crónica; dolor de pecho; síntomas que empeoran después de un período de actividad o movimientos anormales.
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The Associated Press recibe apoyo para sus coberturas de Salud y Ciencia de parte del Departamento de Educación Científica del Instituto Médico Howard Hughes. La AP es la única responsable del contenido.