KIEV (AP) — El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, visitó Ucrania por primera vez desde la invasión rusa del año pasado, según indicó el jueves un funcionario de la alianza, en un viaje muy simbólico que subrayaba el compromiso de la alianza con ayudar a Kiev a defenderse.
El Kremlin se apresuró a advertir que no se debe permitir que Ucrania se una a la OTAN. Rusia ha dado justificaciones diversas y cambiantes para la guerra, y menciona a menudo a la expansión de la alianza militar en dirección a sus fronteras en los últimos años, incluidos temores de que Kiev pueda ingresar en el grupo.
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Medios locales publicaron imágenes de Stoltenberg en las que parecía rendir homenaje a soldados ucranianos caídos en la Plaza de San Miguel de Kiev.
Al margen de su carga simbólica, en un primer momento no estaba claro cuál era el propósito exacto de la visita, que se producía apenas unos días después de que el propio presidente de Rusia, Vladímir Putin, viajara a Ucrania.
La OTAN no tiene presencia oficial en Ucrania, pero el secretario general ha sido la voz firme de la alianza durante la guerra. Ha jugado un importante papel a la hora de recabar y coordinar ayuda -incluidas armas, munición e instrucción para las asediadas tropas ucranianas- de los 31 miembros que forman la organización.
La OTAN como tal sólo presta apoyo no letal -como generadores, equipamiento médico, carpas, uniformes militares y otros materiales- al gobierno de Kiev.
El ex primer ministro noruego se sumaba a una sucesión de líderes internacionales que ha hecho el viaje a Kiev en el último año.
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La OTAN, formada como contrapeso a la Unión Soviética, teme desde hace tiempo verse arrastrada a una guerra abierta con Rusia, una potencia nuclear. Pero conforme Occidente pasaba de proporcionar cascos y uniformes con reparos a entregar tanques, aviones de combate y sistemas de misiles avanzados, las visitas de alto nivel se han vuelto rutinarias.
Stoltenberg estuvo en Kiev antes de la guerra, pero esta era su primera visita durante las hostilidades. Los líderes de la alianza dijeron en 2008 que Ucrania entraría en el grupo algún día, y Stoltenberg ha repetido esa promesa durante el conflicto.
El vocero del Kremlin Dmitry Peskov dijo que impedir que Ucrania entre en la OTAN sigue siendo uno de los objetivos de lo que el Kremlin describe como su “operación militar especial”. En una conferencia telefónica con periodistas, Peskov dijo que el ingreso de Ucrania supondría una “amenaza grave, significativa a nuestro país, a la seguridad de nuestro país”.
Finlandia dejó de lado este décadas de neutralidad al ingresar en la OTAN este mes, un cambio histórico en el alineamiento de la Europa de posguerra. Aunque la OTAN dice que no plantea ninguna amenaza a Rusia, el acceso del país nórdico era un importante revés político para Putin.
La inclusión del país nórdico multiplica por dos la frontera de Rusia con la alianza de seguridad más grande del mundo. Se espera que también la vecina Suecia se una en los próximos meses, posiblemente cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y sus homólogos de la OTAN se reúnan en la capital lituana, Vilna, en julio.
La OTAN se ha centrado en reforzar las defensas en su territorio para disuadir a Putin de atacar a cualquier país miembro. La garantía de seguridad colectiva de la OTAN indica que un ataque a un estado miembro se considera un ataque a todos.
Stoltenberg asistirá el viernes a una reunión del Grupo del Contacto de Defensa de Ucrania en la base aérea de Ramstein, Alemania, con el secretario estadounidense de Defensa, Lloyd Austin. Es el principal foro internacional para recabar apoyo para el maltrecho país.
Dinamarca y Holanda anunciaron el lunes que tenían previsto proporcionar a Ucrania al menos 14 tanques Leopard 2 de fabricación alemana reacondicionados, a partir de principios de 2024.
El anuncio seguía a promesas previas de Dinamarca, Holanda y Alemania de proporcionar al menos 100 tanques del modelo anterior Leopard 1 A5.
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Lorne Cook informó desde Bruselas.