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Juez ruso mantiene detenido a periodista estadounidense

El reportero de The Wall Street Journal, Evan Gershkovich, es trasladado por agentes, desde un tribunal a un autobús en Moscú, Rusia, el jueves 30 de marzo de 2023. (AP Foto/Alexander Zemlianichenko) (Alexander Zemlianichenko/AP)

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Un juez ruso dictaminó el martes que el periodista estadounidense Evan Gershkovich debe permanecer tras las rejas bajo cargos de espionaje, en un caso que se inscribe en la represión que el Kremlin ha intensificado contra la disidencia y la libertad de prensa desde la invasión a Ucrania.

El periodista del Wall Street Journal, de 31 años de edad, compareció en público por primera vez en semanas, apareciendo de pie en la celda de cristal del Tribunal Municipal de Moscú, vestido con unos jeans azules y una camisa azul marino a cuadros. A veces se paseaba con los brazos cruzados, hablando a través de una abertura con sus abogados y sonriendo de vez en cuando mientras reconocía a los demás periodistas que se amontonaban en la sala para tomar fotografías antes de que fueran retirados de la sala para la audiencia privada. Las autoridades rusas han declarado que el caso es secreto.

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Gershkovich es el primer corresponsal estadounidense detenido en Rusia que es acusado de espionaje desde la Guerra Fría, y su arresto conmocionó a los periodistas del país y provocó la indignación de países de Occidente. Gershkovich, su empleador y el gobierno de Estados Unidos niegan que estuviera implicado en actividades de espionaje y han exigido su liberación.

“Evan es un miembro de la prensa libre que hasta el momento de ser detenido estaba dedicado al periodismo. Cualquier insinuación de otra cosa es falsa”, afirmó el Wall Street Journal en un comunicado. El gobierno estadounidense lo declaró la semana pasada como “detenido injustamente”.

El Servicio de Seguridad Federal de Rusia, también conocido como FSB, arrestó a Gershkovich en la ciudad de Yekaterimburgo el 29 de marzo y lo acusó de tratar de obtener información confidencial sobre una fábrica de armas rusa.

Al rechazar la apelación de Gershkovich para ser puesto en libertad de la prisión preventiva, el juez dictaminó que debe permanecer en la cárcel al menos hasta el 29 de mayo. Los abogados del periodista dijeron que solicitaron arresto domiciliario o libertad bajo fianza de 50 millones de rublos (unos 610.000 dólares), pero ambas solicitudes fueron rechazadas. Los abogados señalaron que planean apelar el fallo, que el WSJ y su casa editorial, Dow Jones, calificaron de “decepcionante”.

El periodista ruso Vasily Polonsky publicó un video en el que grita: “Evan, aguanta. ¡Todo el mundo te manda saludar!” A lo que Gershkovich asiente con la cabeza.

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Gershkovich se expone a una pena de hasta 20 años de prisión si es declarado culpable. Abogados rusos han señalado que investigaciones anteriores de espionaje tomaron entre un año y 18 meses, un tiempo en el que el recluso tenía poco contacto con el mundo exterior.

Está detenido en la prisión moscovita de Lefortovo, que se remonta a la era zarista y ha sido un aterrador símbolo de la represión desde la era soviética, sobre todo bajo el mando de Josef Stalin.

“No es un lugar muy agradable en general, pero las condiciones son buenas. No se queja”, declaró su abogada, Tatyana Nozhkina, tras la audiencia del martes.

Gershkovich no tenía problemas médicos y caminaba para hacer ejercicio, dijo, y añadió que también estaba viendo un programa de cocina en la televisión y leyendo, entre otras cosas, el libro “La guerra y la paz”, de León Tolstói.

“Dijo que por la mañana come avena cocida, y escribió a su madre que se parece a la que comía en su infancia”, comentó Nozhkina, en referencia a su herencia rusa. Sus padres se trasladaron a Estados Unidos desde la Unión Soviética.

“Tiene espíritu de lucha. Está dispuesto a demostrar su inocencia y a defender la libertad de los medios de comunicación”, declaró.

Añadió que Gershkovich ha recibido cartas de sus padres y simpatizantes, pero que no se le ha permitido recibir llamadas telefónicas. También dijo a sus abogados que estaba pensando en escribir un libro sobre la terrible experiencia cuando sea libre.

El caso ha exacerbado las tensiones generadas entre Moscú y los países de Occidente por la invasión de Ucrania, y es otra muestra de la represión del Kremlin contra activistas de la oposición, periodistas independientes y grupos de la sociedad civil.

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