BRUSELAS (AP) — En las semanas desde que el líder chino Xi Jinping obtuvo un tercer quinquenio como presidente, de hecho dejándose en un cargo vitalicio, líderes y diplomáticos de todo el mundo han acudido a visitarlo, principalmente los de Europa.
El presidente francés Emmanuel Macron fue a Beijing la semana pasada acompañado por la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, pocos días después del presidente español Pedro Sánchez.
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La ministra de exteriores alemana Annalena Baerbock llegó a Tianjin el jueves, poco después de una visita por parte del canciller Olaf Scholz en noviembre. El comisionado de relaciones exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell, tenía planeado visitar china esta semana, pero dio positivo a COVID-19. Para la UE, las razones de querer buenas relaciones con China son muy claras.
Como aliado del presidente ruso Vladimir Putin, Xi podría desempeñar un papel en poner fin a la guerra en Ucrania. El conflicto lleva ya más de un año, ha hecho subir los precios de los combustibles y ha perjudicado a las economías que apenas se recuperan del golpe asestado por la pandemia.
Los europeos desean la ayuda de Xi. Quieren que hable con el presidente de Ucrania así como lo hizo con Putin, pero no lo consideran un mediador importante. La propuesta de paz china para Ucrania es mayormente una lista de demandas que son inaceptables, dicen funcionarios del bloque.
La UE teme también que Xi puede enviar armas a Rusia. Particularmente les ha molestado el plan de Putin de desplegar armas nucleares tácticas a Bielorrusia. El anuncio surgió pocos días después de que Xi y Putin se reunieron y alabaron la “amistad ilimitada” de sus dos países.
Baerbock dijo que la guerra en Ucrania “está en el tope de mi agenda”. Al alabar a Beijing por mediar para la reanudación de relaciones entre Arabia Saudí e Irán, indicó que “la influencia de China en cuanto a Rusia tendrfá consecuencia para toda Europa y para nuestras relaciones con China”.
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Al mismo tiempo, la UE está sumamente preocupada por el aumento de la actividad militar por los Estrechos de Taiwán. China lanzó operativos militares allí justo después de que Macron se fue. Pero a diferencia de Estados Unidos, que tiene intereses estratégicos y militares en Taiwán, los europeos consideran la isla mayormente por intereses económicos y de defensa de la democracia.
Así, las visitas europeas buscan expresarle a Xi el respeto al control suyo de todo el territorio chino y pedir calma. Subrayan además el desafío que tiene Estados Unidos al tratar de forjar una coalición de países dispuestos a incrementar la presión sobre Beijing por sus políticas expansionistas.
“Lo importante es que tenemos todo el interés, tanto en Europa como en China, de mantener el status quo”, dijo el miércoles un funcionario europeo en conversación con reporteros sobre la visita de Borrell, y hablando a condición de anonimato. “Ello le ha funcionado bien a las dos partes desde hace décadas”.
___ Contribuyeron a esta nota los corresponsales Joe McDonald en Beijing, Aamer Madhani en Washington, Geir Moulson en Berlín, Vanessa Gera en Varsovia y Mike Corder en La Haya.