CHULA VISTA, California, EE.UU. (AP) — Phil Metzger, pastor de una iglesia evangélica del área de San Diego, promete ayudar a ucranianos y personas de habla rusa que solicitan asilo en Estados Unidos a través de contactos inigualables con funcionarios estadounidenses y personas no identificadas que pueden garantizarles seguridad en suelo mexicano mientras esperan en la ciudad de Tijuana para cruzar la frontera.
Aunque solicitar asilo a Estados Unidos es gratis, el pastor de la Iglesia del Calvario en San Diego advierte que sus servicios “no son baratos”.
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En una entrevista con un canal de YouTube en idioma ruso, Metzger promueve acceso directo por computadora a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus iniciales en inglés) para inscribir a estos migrantes. Hace referencias vagas acerca de unos “oportunistas” en México que garantizan la seguridad de sus clientes después de llegar a la nación vecina con visas de turista.
“Sólo sé que hay mucho poder de ese lado que simplemente no controlo”, afirma el pastor cristiano evangélico. “Pero tengo un control. Yo controlo quién cruza. Así que tengo que negociar. Para mantener a esas personas a salvo, tengo que negociar con los que están en el poder (en México)”, agrega.
Se supone que pedir asilo en Estados Unidos es gratuito y para los más necesitados, por no mencionar que muchos ni siquiera han podido pedir protección debido a las restricciones por COVID-19 de la era de Donald Trump y que expiran el 21 de diciembre.
Sin embargo, el servicio de Metzger —como se describe en la entrevista de 25 minutos otorgada el mes pasado en su iglesia en Chula Vista, un suburbio de San Diego— es una empresa privada generadora de dinero que utiliza conexiones gubernamentales para eludir tales restricciones. Es parte de un mosaico opaco y desconcertante de exenciones que ha desarrollado la CBP. Los defensores de los inmigrantes seleccionan quién ingresa, aunque la CBP tiene la última palabra.
Cuando se le preguntó de la existencia de una organización externa que cobra dinero, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) explicó que no hay una tarifa relacionada con las exenciones a las restricciones de asilo y que “investigará cualquier acusación de abuso”.
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“El DHS toma muy en serio cualquier acusación de fraude o abuso a nuestros sistemas de inmigración”, aseguró el Departamento en una respuesta por escrito a las preguntas sobre el servicio.
El pastor no respondió mensajes de texto, correos electrónicos y por teléfono que se le dejaron durante días. Su oficina estaba cerrada cuando un reportero fue allí una tarde reciente entre semana.
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Este reportaje es parte de una serie en curso de The Associated Press, llamada “Migration Inc”, que investiga a las personas y empresas que se benefician económicamente de las personas que huyen de la violencia y los conflictos civiles en sus países de origen.
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A los migrantes se les ha negado el derecho a buscar asilo en Estados Unidos más de 2,5 millones de veces desde marzo de 2020, alegando la necesidad de prevenir la propagación del COVID-19 bajo las restricciones de la era Trump conocidas como Título 42.
Se supone que las exenciones son para aquellos migrantes considerados más vulnerables en México, tal vez por identidad de género u orientación sexual, o por haber sido amenazados específicamente con el uso de violencia, pero algunas organizaciones externas afirman que la CBP no cuestiona la elección de los migrantes seleccionados para recibir las exenciones, quienes a menudo no enfrentan peligros inusuales.
La agencia no identifica públicamente a las organizaciones externas ni cuántos espacios de exenciones están disponibles para cada una, lo que deja a los migrantes con la duda de quiénes son ellas y cuáles están mejor conectadas con las autoridades estadounidenses.
En la ciudad fronteriza de El Paso, en Texas, la CBP otorga 70 cupos diarios: la mitad para el gobierno del estado mexicano de Chihuahua y el resto para los abogados y grupos de defensa, afirma Nicolas Palazzo, abogado del grupo Las Americas Immigrant Advocacy Center, que participa en el acuerdo. Dijo que algunos abogados no afiliados a su organización le cobran a los migrantes por el servicio.
En la ciudad mexicana de Piedras Negras, al otro lado de Eagle Pass, en Texas, el gobierno local elige quién escapa del alcance del Título 42, según un informe publicado el mes pasado por el Strauss Center for International Security and Law (Centro para el Derecho y Seguridad Internacional) de la Universidad de Texas en Austin.
En la ciudad mexicana de Reynosa, al otro lado de McAllen, Texas, un refugio para migrantes elige quién cruza, mientras que en Laredo, Texas, no hay exenciones, agrega el informe.
En San Diego, la CBP exenta a unas 200 personas diariamente, incluidos 40 espacios reservados para personas de habla rusa que llegan a través de la iglesia del Calvario, asegura Enrique Lucero, director de asuntos migratorios de la ciudad de Tijuana, quien se comunica regularmente con funcionarios estadounidenses.
Otros cupos en San Diego son para los grupos de apoyo Al Otro Lado (que opera una lista de registro en línea), Border Angels (Ángeles Fronterizos, que se apoya en los directores de los refugios de inmigrantes a fin de seleccionar quién puede cruzar) y el U.S. Committee for Refugees and Immigrants (Comité Estadounidense para Refugiados e Inmigrantes, una organización de reasentamiento de refugiados).
La CBP está permitiendo que más rusos ingresen a Estados Unidos mediante exenciones al Título 42, y aproximadamente tres de cada cuatro ingresaron a través de los cruces fronterizos de California con México. En octubre, la CBP exentó a 3.879 rusos, más del triple del mismo período del año anterior. En el año fiscal que finalizó el 30 de septiembre, exentó a 21.626 rusos, más de cinco veces el año anterior.
En la entrevista de YouTube del mes pasado con Alex Moore, Metzger dijo que su centro de llamadas recibe más de 1.000 consultas por día. La CBP le dice cuántas personas pueden cruzar y “yo controlo quién cruza”.
“Honestamente, creemos que fue Dios quien nos abrió una puerta”, sostiene Metzger, quien creció en el sur de California, pero pasó gran parte de su vida adulta en Europa del Este.
Metzger sostiene que no tiene claro a quién le paga para recibir a sus clientes en México y por llevarlos a la frontera, alegando que no los conoce.
A través de una cuenta en Telegram llamada Most V USA, se informa que el costo para adultos solteros que pagaron en efectivo fue de 1.800 (presuntamente dólares estadounidenses) el lunes, gracias a una “reducción de precio”. Para las parejas casadas que pagaban en efectivo, el costo era de 3.500. Los pagos en línea fueron de 300 menos para individuos y 500 menos para parejas. Los niños eran gratis.
“Usted no paga por el cruce, sino por la consulta sobre el cruce”, expresa Most V USA en su sitio web. “Utilizamos la única forma legal disponible para nuestra organización: hacer una cita con un agente de la CBP en la frontera”.
El precio incluye cruzar a Estados Unidos de manera segura en grupos desde Tijuana a San Diego, con una bolsa que contiene una botella de agua y barras de proteína.
Metzger abrió su iglesia a los refugiados ucranianos después de la invasión rusa este año. Trabajó con voluntarios en una operación ágil que implementó una app para dispositivos móviles que se usa para rastrear a los asistentes a la iglesia. A los ucranianos que volaron a Tijuana se les dijo que se presentaran en un cruce fronterizo hacia San Diego a medida que se acercaba su turno, un sistema que los organizadores compararon con esperar una mesa disponible en un restaurante.
Metzger presume de las conexiones con la CBP desarrolladas durante ese tiempo y advierte sobre la posibilidad de caer en la trampa de defraudadores que utilizan su marca Most V USA.
“No, no es barato. No, no es fácil, pero nos aseguraremos de que sea seguro y de que pueda entrar a Estados Unidos”, afirmó.
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El periodista de The Associated Press Jim Heintz en Moscú contribuyó para este reportaje.