LAS VEGAS (AP) — A pocos kilómetros de la famosa Strip de Las Vegas, en pleno desierto Mojave, hay un parque con senderos para caminantes y frondosa vegetación, rodeado por un canal lleno de agua.
El agua que fluye por este canal, conocido como Las Vegas Wash, es una parte crucial del manejo del agua que hace el estado de Nevada y que le permite consumir menos agua del río Colorado que la que tiene asignada, a pesar del rápido crecimiento de su población y de dos décadas de persistentes sequías, agravadas por el cambio climático.
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Cada vez que se abre una ducha o una canilla en Las Vegas, el agua empleada va a parar a centros de reciclaje. Una vez reciclada, se encamina al canal, que la lleva al lago Mead, un embalse cuyas aguas disminuyen a paso acelerado. Una vez allí, se puede volver a usar el agua.
“Esto permite la existencia de Las Vegas en su forma actual”, afirmó John Hiatt, integrante de la comisión que maneja el canal. “Sin esto, seríamos la mitad de lo que somos hoy y enfrentaríamos muchas dificultades”.
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NOTA DE REDACCIÓN: Esta nota es parte de una serie sobre el 100mo aniversario del histórico “Colorado Compact”, un acuerdo de 1922 que regula el uso de las aguas del río Colorado. La serie es una colaboración entre la Associated Press, The Colorado Sun, The Albuquerque Journal, The Salt Lake Tribune, The Arizona Daily Star y The Nevada Independent, en la que se explora las presiones ejercidas sobre el río en el 2022.
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Por estas razones, el acuerdo pactado en 1922 que repartió el agua del Colorado le dio a Nevada menos que a otros estados: un 1,8% del agua del río. Desde entonces Nevada debe cuidar mucho su consumo de agua y tomó medidas para conservar ese recurso, que ahora podrían imitar otros estados del oeste del país, sacudido por sequías.
A diferencia de otros estados, Nevada tiene un solo usuario de las aguas del Colorado: Las Vegas. Y consume más del 90% del agua del sistema de ríos del estado. Un porcentaje mucho menor va a la tribu indígena de Fort Mojave, cuyo derecho al agua fue reconocido por la Corte Suprema en 1963, y a otros pequeños usuarios.
Por décadas, Las Vegas apeló al reciclado del agua y a la eliminación de jardines que consumen mucha agua para conservar su pequeña asignación de agua del Colorado. Pero de todos modos, a pesar de todas las medidas tomadas, podría tener problemas al crecer su población.
“Por ahora nos arreglamos con lo que tenemos”, dijo el asambleísta Howard Watts, un demócrata que ha trabajado en el tema del agua por años. “Pero va a llegar el momento en que no daremos abasto y tengamos que considerar alternativas sustentables para el sur de Nevada”.
Buena parte de los planes de la dependencia que maneja el agua en el sur de Nevada, la Southern Nevada Water Authority, dan por sentado que los otros estados aceptarán aumentar la partida de agua de Las Vegas. Pero las negociaciones en torno al río Colorado marchan a paso lento y los siete estados de la región enfrentan una escasez de agua.
Nevada tiene mucho en juego en esas negociaciones. El 90% del agua que consume Las Vegas proviene del río Colorado. El resto son aguas subterráneas, que se consumen en exceso.
El sur de Nevada ha salido adelante gracias al canal Las Vegas Wash, que lleva agua al lago Mead. Colby Pellegrino, subdirector de la Southern Nevada Water Authority, describió el sistema como un “pequeño milagro”.
Dado que casi toda el agua usada en viviendas y oficinas en el sur de Nevada es reciclada y vuelve al canal, Las Vegas pudo enfocarse en combatir el excesivo consumo de agua para regar jardines. La eliminación de jardines, combinada con el reciclaje del agua, hace que Nevada use menos agua del Colorado que la que tiene asignada.
Pensando en el futuro, Las Vegas contempla iniciativas como reducir la cantidad de agua que consume cada persona y prohibir la construcción de nuevos campos de golf.