Los abuelos experimentan un entusiasmo y amor que les cambia el rostro cuando sus nietos llegan a sus casas, pero la realidad actual de los puertorriqueños ha provocado que cada vez más abuelos se tengan que hacer cargo permanentemente de sus nietos y tengan que dejar atrás sus expectativas sobre lo que hubiese sido su vejez.
La Encuesta de la Comunidad del año 2020 (estimada a cinco años), realizada por el Negociado del Censo de Estados Unidos, demostró que durante ese periodo hubo 81,254 abuelos que vivían con sus nietos menores de 18 años. De estos, 29,331 (36.1%) abuelos eran completamente responsables de estos, y 18,642 (63.6%) eran mujeres. A nivel del gobierno de Puerto Rico, no hay visibilidad sobre el dato de la población de abuelos criando a sus nietos. Un dato que podría redundar en programas de apoyo a estos núcleos familiares. En el Departamento de la Familia se informó que no existe un registro de abuelos custodios de los nietos, pero se haría el esfuerzo de recopilar los datos por regiones. Al cierre de esta edición los datos no se habían producido. Mientras que en el Departamento de Educación, los censos familiares identifican a padres o encargados, lo que no provee distinción sobre cuántos de esos encargados son abuelos o abuelas.
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“¿Qué significa para los abuelos también criar nietos? Para muchos significa una satisfacción extraordinaria, significa básicamente un sentido de utilidad, amor y afecto por esos nietos y el apoyo a sus hijos…La mayoría de los abuelos recibe con ilusión el poder cuidar y atender a sus nietos, con cariño, con entusiasmo y con entrega. Adoran a sus nietos y cuando asumen la tarea de cuidarlos en diferentes niveles la mayoría de las veces lo hacen con entusiasmo, pero este asunto no es igual para todos”, aseguró el psicólogo y rector de la Universidad Albizu, el doctor Julio Santana Mariño.
Para el académico, las causas principales por las que los abuelos están criando a sus nietos son: que están siendo abuelos más jóvenes, la migración hace que los abuelos se queden criando a sus nietos permanentemente, para dar apoyo y que sus hijos puedan trabajar, hijos que tienen usos problemáticos de sustancias, muertes de hijos, o cuando el Departamento de la Familia remueve a los niños de los hogares.
La proporción de adultos mayores ha ido incrementando con el paso de los años, algo que se vincula a cambios en las variables de natalidad, mortalidad y migración de personas jóvenes. Puerto Rico ocupa la cuarta posición con 880,693 (27.05%) personas de 60 años o más con relación a los estados de Estados Unidos.
El Dr. Santana Mariño aseguró que el impacto psicológico de los abuelos que crían a sus nietos proviene mayormente del cambio de estilo de vida pues se trata de un aumento en horas de trabajo, disminución de ingresos, cambios de prioridad en la atención sobre su salud física y mental, y desgaste emocional, entre otros factores.
“La mayoría de las personas cuando van en el proceso de envejecimiento tienen la expectativa de que luego de haber tenido a su familia, criado a sus hijos y de haber trabajado, se van a retirar, a descansar y a tener más libertad en su modo de vida cotidiana”, mencionó Santana Mariño.
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El asumir la responsabilidad de criar a sus nietos implica poner su cuidado personal a un lado para encargarse de la seguridad, educación y salud del menor.
Esto crea “mayor frustración general, desesperanza, genera ansiedad económica, soledad y depresión, porque asumir la responsabilidad de criar a sus nietos, la mayoría de las veces no fue una opción”, mencionó Santana Mariño.
Uno de los temores que tienen los abuelos, según el experto, es la posibilidad de cometer errores que afecten a sus nietos en la escuela. La situación se agrava debido a que el 63.6% de los que crían a sus nietos son mujeres bajo el nivel de pobreza que tienen condiciones de salud y escolaridad mínima, apuntó Santana Mariño.
“El mundo de la educación cambió, está muy vinculado con la tecnología y cuando asumen esta responsabilidad surgen esos temores de cómo van a hacer las asignaciones, de que ellos no puedan cumplir con los asuntos educativos, de cómo van a llevarlos a los deportes porque ya no tienen gran movilidad…todos esos temores y preocupaciones se agregan a la desesperanza y la frustración”, expresó el psicólogo.
Al impacto psicológico se le añade el impacto social pues encargarse de nietos luego de ya tener un plan de retiro puede alterar la relación con sus coetáneos y provoca soledad por conflictos familiares con otros hijos o nietos que perciben atención desigual.
De igual forma, el gobierno tanto estatal como federal se basa en el modelo de familia tradicional: mamá, papá e hijos. Pero cuando los abuelos crían a sus nietos, por ejemplo, no hay apoyo particular a esta población de parte del gobierno.
En Puerto Rico existe la Oficina del Procurador de las Personas de Edad Avanzada (OPPEA) que tiene la responsabilidad de atender a los adultos mayores en las áreas de educación, planificación financiera, salud, seguridad, empleo, derechos civiles y políticos, legislación social, laboral y contributiva, vivienda, transportación, recreación, cultura entre otras áreas. No obstante, al momento no ofrece servicios para cubrir las necesidades de los abuelos que crían a sus nietos.
“Mi recomendación fundamental es que se puedan implementar los servicios que ya el gobierno tiene con la OPPEA, el Departamento de la Familia, los diferentes hogares y el propio estado para poder integrar servicios con personas que tengan los adiestramientos requeridos para, en primer lugar, apoyar adecuadamente a los abuelos que tienen la responsabilidad de criar a sus nietos… que se puedan asignar fondos para atender a esta población que cumple un rol extraordinario de educar y proteger a los niños para que las ayudas puedan llegarles, y que puedan garantizar espacios de salud, un clima de desarrollo y bienestar para los niños” aseguró el doctor.
También recomendó a los psicólogos, trabajadores sociales y universidades a desarrollar servicios especializados que puedan ofrecer apoyo y adiestramiento psicológico y emocional para esta población general que sean sensibles con su condición, características y necesidades