Las autoridades egipcias cierran un tramo de la costa del mar Rojo del país, un día después de que una mujer austriaca que nadaba cerca del destino turístico de Hurghada muriera por ataque de un tiburón.
La mujer de 68 años, que perdió una pierna y un brazo en el ataque, murió poco después de ser trasladada al hospital privado del Nilo en Hurghada, dijo un funcionario sanitario egipcio.
PUBLICIDAD
Apenas estaba con vida cuando la trajeron el viernes, señaló el funcionario, añadiendo que los intentos del personal médico por reanimarla fracasaron. El funcionario habló bajo condición de anonimato debido a que no estaba autorizado para tocar el tema con los periodistas.
Según un documento interno de la oficina del gobernador de la provincia del mar Rojo, compartido con The Associated Press, las autoridades se disponían a cerrar la zona durante tres días, prohibiendo todas las “actividades marítimas”, incluido el buceo, el snorkel, el windsurf y el kitesurf. También se prohibió la presencia de barcos de pesca en las aguas de Hurghada. El gobernador ordenó el cierre.
Un vídeo que circula por internet y captado desde un muelle cercano, supuestamente muestra el ataque de un tiburón mako relativamente cerca de la orilla. En el vídeo, el agua que rodea a la mujer se tiñe de rojo por la sangre mientras los transeúntes del muelle le lanzan un dispositivo de flotación. No está claro cómo pudo llegar a la orilla.
Los ataques de tiburones han sido relativamente raros en la región costera del mar Rojo de Egipto en los últimos años. En 2020, un joven ucraniano perdió un brazo y un guía turístico egipcio una pierna en un ataque de tiburón. En 2010, una oleada de ataques de tiburones cobraron la vida de un turista europeo y dejaron mutilados a varios más frente a Sharm el-Sheikh, en la península del Sinaí, al otro lado del mar Rojo, desde Hurghada.
Los sitios turísticos del mar Rojo de Egipto, como Hurghada y Sharm el-Sheikh, son algunos de los principales destinos de playa del país y son populares entre los turistas europeos. Los buceadores se sienten atraídos por los abruptos desniveles de los arrecifes de coral situados en la costa, que ofrecen una rica y colorida vida marina.
En los últimos años, las autoridades han tratado de reactivar el vital sector turístico, golpeado por años de inestabilidad y, más recientemente, por la pandemia de coronavirus y la guerra en Ucrania.