Los gobernantes populistas de Brasil y Hungría enfatizaron sus posiciones conservadoras comunes sobre asuntos como inmigración, cristiandad y valores familiares, durante una visita el jueves a la capital húngara por el presidente brasileño Jair Bolsonaro.
En una conferencia de prensa en Budapest luego de conversaciones bilaterales, el primer ministro húngaro Viktor Orban, llamó la visita de Bolsonaro “un acontecimiento diplomático histórico” y dijo que ambos comparten un enfoque hacia “los retos grandes, globales en el mundo”.
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“Tenemos el mismo enfoque hacia la migración”, dijo Orban, y añadió que Hungría y Brasil acordaron establecer un “sistema de alerta temprana” para detectar cualquier acuerdo internacional que facilite la inmigración y trabajar juntos para oponerse.
“Hay algunos de nosotros — lo que llamamos una coalición de los cuerdos — que no queremos que el mundo cambie como resultado de la migración”, dijo Orban.
La visita oficial de Bolsonaro a Budapest, primera por un presidente brasileño, se produjo apenas un día después de que se reunió en Moscú con el mandatario ruso Vladimir Putin, en un encuentro que sus críticos, e incluso algunos en su gabinete, dijeron era inoportuna teniendo en cuenta las tensiones actuales sobre temores de una invasión rusa a Ucrania.
Orban, que ha forjado lazos más estrechos con Putin y que visitó el Kremlin este mes, declaró el jueves que “todos los esfuerzos hacia la diplomacia” eran valiosos, “cuando la posibilidad de una guerra arroja una sombra sobre nuestros días”.
Aliado ideológico de Bolsonaro y proponente de lo que llama una “democracia iliberal” y un enfoque cristiano en la gobernanza, Orban aseveró que los dos líderes habían prometido extender un apoyo conjunto a las comunidades cristianas perseguidas en África y discutieron lo que consideran ataques al modelo familiar tradicional.
“Un hombre y una mujer forman una familia y nosotros haremos lo que podamos en cada nivel para asegurarnos de que ese concepto no es relativizado”, expresó.
