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RUM gradúa por primera vez a dos estudiantes con bachillerato en Ciencia de Alimentos

Daphne Angeli y Juan José se transfirieron de otros departamentos, una vez el nuevo bachillerato comenzó en 2022

Daphne Angeli Lago Torres y Juan José Lugo Martínez.
Graduados. Daphne Angeli Lago Torres y Juan José Lugo Martínez. (Suministradas.)

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El Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) celebró un momento histórico durante su centésima duodécima colación de grados al conferir, por primera vez en la institución y en el sistema universitario, el grado de bachillerato en Ciencias en Ciencia de Alimentos a dos jóvenes: Daphne Angeli Lago Torres y Juan José Lugo Martínez, quienes completaron esta novedosa oferta académica, adscrita al Colegio de Ciencias Agrícolas.

Ambos alumnos se transfirieron de otros departamentos, una vez el nuevo bachillerato inició en el 2022.

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“Comencé en el Departamento de Ingeniería Química, pero me di cuenta de que no tenía interés en ejercer como ingeniera. El currículo multidisciplinario de Ciencias de Alimentos me permitió explorar distintas áreas de énfasis, como el procesamiento de alimentos, las regulaciones y el mercadeo de productos agrícolas. Además, me brindó la oportunidad de combinar el conocimiento científico con la creatividad y la innovación”, explicó Daphne Angeli.

Por su parte, Juan José, quien inició su vida universitaria en el Departamento de Química, compartió que sus intereses evolucionaron luego del periodo de la experiencia mundial del virus del COVID.

“Principalmente, me interesaba estudiar Farmacia. Luego de la pandemia, me surgió el interés en nutrición y bienestar. Tomando esto en cuenta, decidí entrar por un área relacionada. Especialmente, quería conocer más sobre alimentos fermentados o que beneficiaran la microbiota intestinal”, expresó.

Los dos pioneros colegiales en el bachillerato de Ciencia de Alimentos compartieron lo que representa ser parte de esta primera cohorte.

“Me enorgullece formar parte de una comunidad académica que continúa creciendo y posicionándose dentro y fuera de Puerto Rico”, afirmó Daphne Angeli.

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Juan José coincidió en lo trascendental de este peldaño.

“Es un logro que abre paso a un futuro que está más cercano que distante. Cada día que pasa hay más necesidad en la industria de alimentos, no tan solo en los beneficios nutricionales, sino también para la inocuidad alimenticia. Es de las pocas profesiones que no sería sustituida fácilmente por la inteligencia artificial. Hasta el momento, siempre debe haber disponibilidad de profesionales que trabajen para implementar buenas prácticas en las facilidades de procesamiento. Sin esto, la salud pública estaría comprometida”, sostuvo.

Ambos estudiantes llevaron su experiencia educativa más allá del salón de clases. Daphne Angeli tuvo un recorrido amplio en investigación y práctica.

“Inicié mi experiencia en investigación junto a la doctora Rosa Chávez, trabajando en la conservación de frutas mediante la elaboración de mermeladas. Posteriormente, tuve la oportunidad de continuar el proyecto con el doctor Fernando Pérez y bajo la mentoría de Mibet Cordero, estudiante graduada del programa, desarrollando snacks a base de frutas tropicales como papaya y mangEo, explorando el efecto de la glicerina en el proceso de secado por ósmosis. También participé en la Competencia de Productos Nuevos (edición Dairy Product Challenge), donde ganamos el People’s Choice Award con un mantecado de chai, bajo la mentoría de la doctora Leyda Ponce de León”, relató.

Además, detalló su participación en iniciativas industriales como el curso corto Smithfield Explore con The American Meat Science Association; la competencia Global Ingenuity, organizada por JBS; y la competencia de mercadeo The Pitch by GALLO and Breakthrough, donde su equipo obtuvo el primer lugar. Concluyó su formación con una práctica profesional en Wonderens Foods, enfocada en regulaciones e inocuidad, y en Di Amalfi, donde trabajó en extender la vida útil de la pasta fresca.

Juan José también destacó su trayectoria práctica.

“Tuve experiencia en campo donde elaboré pasta sin gluten en las instalaciones de Di Amalfi en Mayagüez. Este trabajo lo realicé como práctica profesional, y fue muy enriquecedor. Sirve de ejemplo para los problemas que la industria siempre está presentando, y más con el surgimiento de alergias y problemas en la salud para ciertas personas”, puntualizó.

A esto añadió su pasión por la fibra como componente clave de la salud intestinal.

“La fibra es uno de los macronutrientes que muchos dan por alto. Es necesaria para una digestión regulada y es uno de los alimentos necesarios para la microbiota intestinal. Este tipo de alimento se le conoce como prebiótico, el cual alimenta el probiótico. Los probióticos, además de formar parte de la microbiota y ser un rol crucial para el ser humano, aportan otros nutrientes. Producen ácidos grasos de cadena corta que se le conoce como postbióticos, y aportan un sinnúmero de beneficios al ser humano”.

En cuanto a sus planes futuros, Daphne Angeli compartió que iniciará en agosto una maestría en Administración de Empresas con concentración en Mercadeo en la UPR de Río Piedras, con la intención de proseguir luego estudios en Derecho para especializarse en regulación y mercadeo de alimentos.

Mientras, Juan José proyecta mantenerse en el campo, ya sea emprendiendo con un producto fermentado o colaborando en la industria.

“Me encantaría trabajar en Puerto Rico, para así servirle a todos los puertorriqueños. Vivir en una isla donde se consume más lo importado que lo producido es triste, y formar parte de la solución a este problema debe ser responsabilidad de todos nosotros. Estudiar Ciencia y Tecnología de Alimentos es un acto de servicio para Puerto Rico y para la industria de alimentos”, aseguró.

Coincidieron en que la educación recibida en el Colegio les permitió desarrollar habilidades prácticas, resiliencia y trabajo en equipo.

“La formación académica que recibí en el Colegio me enseñó a resolver problemas de manera práctica y a trabajar bajo presión. Más allá del salón de clases, las oportunidades de investigación, liderazgo y colaboración con la industria me prepararon para adaptarme a distintos entornos profesionales”, indicó Daphne Angeli, quien además fue la presidenta de la Asociación de Estudiantes del Instituto de Tecnólogos de Alimentos (IFTSA).

Juan José añadió que “siempre hay que tener en cuenta todas las variables para poder resolver y ejecutar. Pertenecer al Departamento de Ciencia de Alimentos me ha enseñado lo lindo que es ser parte de un equipo de trabajo que puedo considerar como una familia extendida. El departamento cuenta con los mejores seres humanos en la facultad que han facilitado mi transcurso a mi bachillerato”.

En el plano extracurricular, Juan José compartió que en el 2019 se convirtió en Escucha Águila de la Tropa 122, fue parte del programa R2DEEP, con el que adelantó cursos universitarios antes de entrar al RUM, y participó activamente en el capítulo estudiantil de la American Chemical Society.

Además, combinó su formación científica con su pasión por el deporte. “Toda mi vida he sido una persona deportiva y activa. He jugado fútbol desde pequeño, y ahora juego pickleball. Soy 4.0 en dobles, y me certifiqué como coach y árbitro”, comentó, al añadir que ha sido embajador de diversas marcas deportivas y actualmente lidera su propio negocio de venta de artículos para la comunidad de pickleball.

Por su parte, la doctora Lynette Orellana, decana asociada del Colegio de Ciencias Agrícolas, enfatizó la importancia de este momento histórico.

“Graduar a los primeros alumnos del programa representa un hito significativo para nuestra Facultad. Han hecho historia. Se convierten en embajadores de un programa que no solo responde a una necesidad urgente en la sociedad, sino que también encarna el compromiso de nuestra Universidad con la innovación, la seguridad e inocuidad alimentaria. Para nuestro Colegio es un momento de orgullo, que da sentido al trabajo invertido en el diseño y establecimiento del programa. Este momento marca la culminación de un ciclo completo, valida su estructura curricular, calidad educativa y pertinencia”, sostuvo.

Agregó que la oferta académica única de Puerto Rico consta de 134 créditos.

“Busca preparar profesionales capaces de resolver problemas en la industria alimentaria mediante conocimientos interdisciplinarios en química, microbiología, nutrición e ingeniería. El programa mantiene una alineación con las metas estratégicas de la UPR y del RUM. Contribuye a enfrentar desafíos críticos en seguridad alimentaria, sostenibilidad y desarrollo económico local e internacional. Su enfoque centrado en competencias prácticas e innovación lo posiciona como esencial para la industria alimentaria, tanto en Puerto Rico como a nivel global”, puntualizó.

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