Para muchos, es un ejercicio anual inútil. Pero con la medianoche se hace borrón y cuenta nueva para una nueva ronda de resoluciones.
Desde la primera salva de fuegos artificiales hasta el estribillo final de “Auld Lang Syne”, hay 366 días por delante — porque 2024 es año bisiesto — en para alcanzar por fin metas anheladas desde hace tiempo, para cumplir las aspiraciones y para ser firme con todos los propósitos de Año Nuevo.
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“Como humanos, somos criaturas aspiracionales”, dijo Omid Fotuhi, psicólogo social e investigador de la motivación y el rendimiento.
“El hecho de que tengamos objetivos, el hecho que de queramos establecer objetivos no es más que una manifestación de ese deseo interno y casi universal de querer estirarnos, alcanzar, expandirnos y crecer”, agregó Fotuhi, director de innovación del aprendizaje en Western Governors University Labs e investigador adjunto en la Universidad de Pittsburgh.
“Las resoluciones de año nuevo son una de las formas de hacerlo”, apuntó. “Hay algo muy liberador en empezar de cero. Imagine empezar con un lienzo en blanco. Todo es posible”.
Si eso es así, ¿podría ser este el año para correr un maratón y vencer (o hacer las paces) con viejos enemigos como la báscula del baño? ¿Quizás para aprender mandarín o registrarse para votar y llegar a hacerlo? Muchas preguntas y mucho tiempo para demorarlas.
Tim Williams solía imponerse una batería de propósitos: perder peso, tomar menos, hacer más ejercicio y bla, bla, bla.
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Ahora, ni se molesta.
“En el pasado los hacía y fracasaba o los abandonaba, o lo que fuera”, indicó Williams, que vive parte del año en Fort Lauderdale, Florida.
Carla Valeria Silva de Santos, una brasileña que reside en Florida, quiere aprender a tocar la guitarra. Con el portugués como primera lengua, quiere aprender español y mejorar su inglés.
Con cualquier resolución, apuntó, el objetivo último es “mejorar tu vida y estar en paz contigo misma”.
Josh Moore, otro residente en Fort Lauderdale, ve las cosas en la línea del filósofo naturalista Sir Isaac Newton y la física. Para cada acción debe haber una reacción igual.
“Si haces algo como comer un montón de dulces o un montón de postres en una fiesta, sal a correr”, dijo mientras interrumpía una carrera con su perro.
Hay demasiada gente que es muy blanda consigo misma, apuntó: “Tienes que hacerte realmente responsable”.
Las resoluciones no tienen que ser grandes, grandiosas o demasiado ambiciosas, añadió Fotuhi.
E incluso si lo son, apuntó que su valor no debe derivarse exclusivamente del logro, sino que debe medirse también por lo que uno llega a ser al intentar superarse.
“Los objetivos solo sirven para ponerte en marcha”, indicó Fotuhi. “Si no hacen eso, entonces quizás no es el objetivo apropiado para usted”.
En otras palabras, es el momento de recalibrar los objetivos y las expectativas, dijo, añadiendo que algunas personas se aferran a objetivos obsoletos durante demasiado tiempo.
“Si se fija un objetivo que es demasiado ambicioso, que no tiene el efecto de entusiasmarlo y de hacerte creer que es posible, entonces quizás debería pensar en un objetivo que esté un poco más a su alcance: comenzar con 5 kilómetros, por ejemplo, y luego subir a 10″, agregó.