En ocasiones, algunas personas sienten frustración al sentir que, a pesar de todo su esfuerzo y trabajo, no lograr los objetivos y no ven los resultados que esperan.
Según el psicólogo Mark Travers, Ph.D, en ocasiones el trabajo duro lo han romantizado: “A veces, esforzarse más para hacer que las cosas funcionen no es la respuesta. El trabajo duro se ha romantizado hasta tal punto en nuestra sociedad que nos olvidamos de pensar en cómo podemos hacer más con menos esfuerzo”.
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Compartimos tres cambios que puedes hacer para aumentar la productividad
Alinea tu lugar de trabajo a tu personalidad
El entorno en el que trabajas influye mucho en la productividad. Hacer pequeños ajustes como obtener más luz natural o mantener el orden en tu espacio, puede beneficiar tu desempeño. Además de si te encuentras en un espacio cerrado o abierto, esto puede influir en el nivel de tu concentración.
Aborda tu síndrome del impostor
Esto puede limitar el potencial que tienen las personas al debilitar su autoestima y confianza. Una investigación publicada en Academy of Management Journal afirma que los sentimientos de incapacidad pueden contribuir a que seamos personas más amables y establezcamos relaciones sólidas con los colegas, compañeros de trabajo y superiores y a su vez, esto puede abrir canales de comunicación con personas que puedan enseñarnos mucho más y de esta forma obtener un crecimiento profesional.
Repensar tu entorno de trabajo
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El bajo rendimiento a veces es el resultado de un lugar de trabajo tóxico, un entorno de trabajo caracterizado por una autonomía limitada, muchas horas y salarios bajos. Muchas personas suelen durar en este tipo de ambiente de trabajo mucho tiempo más del que deberían, y esto puede ocasionar en las personas falta de sueño, problemas de concentración y mayor vulnerabilidad a enfermedades tanto mentales como físicas. Es de vital importancia saber reconocer si trabajas en un ambiente tóxico y de esta forma, romper con este ciclo.
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