Un estudio del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) plantea que muchos de los agujeros negros descubiertos por el hombre son realmente estrellas camuflajeadas, lo que podría cambiar la forma en la que los astrónomos los estudian.
La investigación se basa en los diferentes tamaños de las estrellas de neutrones y de su límite teoríco de densidad, conocido como el límite de Buchdahl.
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De acuerdo con el informe publicado en el sitio web de Xataka, las estrellas de neutrones pueden tener densidades millones de veces superiores a las de las enanas blancas, que tienen densidades entre 10.000 y 10.000.000 de veces la de nuestro Sol, de aproximadamente 1,4 gramos por centímetro cúbico.
Si las estrellas de pequeño tamaño acaban formando enanas blancas, las más grandes acaban formando estrellas de neutrones o incluso agujeros negros.
La relatividad general y la polarización del vacío
Julio Arrechea, investigador del IAA-CSIC y coautor del estudio, explicó: “La relatividad general predice la existencia de un límite (Límite Buchdalh) a cómo de compacta puede ser una estrella”.
“Así, cualquier objeto que supere este límite debe ser un agujero negro, pues para objetos tan compactos no hay estructura material conocida que pueda soportar su propia gravedad”, agregó el experto.
La investigación, publicada en la revista Scientific Reporte, argumenta un nuevo escenario para la ciencia: añadir a esta física relativista un componente del electromagnetismo: la polarización del vacío.
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Este componente sugiere pasar de lo infinitamente denso a la densidad cero, es decir, el vacío. Para el universo, el vacío representa partículas virtuales, que surgen de campos cuánticos.
La teoría expone que son parejas de partículas y antipartículas que surgen de la “nada” y se aniquilan en fracciones de un segundo. Cuando estas surgen del campo electromagnético, toman la forma de electrón y positrón, que fundamentan la idea del estudio.
La polarización del vacío es que las partículas virtuales dejan su impronta en el entorno, pero en el caso de electrón y positrón, su impronta se deja apreciar en la distribución de las cargas del entorno, que a su vez hace de fuente de gravedad en el entorno de la estrella.
Esa fuente es llamada materia semiclásica y tendría propiedades físicas diferentes a la materia convencional, lo que posibilita albergar energías negativas e implican a estrellas compactas con una densidad más allá del límite de Buchdahl, es decir, agujeros negros.