Tomar batidos de proteínas como complementos alimenticios no es algo nuevo. Ya desde hace años, especialmente en los gimnasios, se han promovido estas bebidas con el propósito de aumentar la musculatura corporal y hasta bajar de peso.
Sin embargo, siempre ha existido duda y controversia en cuanto a la hora correcta para tomar el batido… ¿Justo al levantarte? ¿Antes de entrenar? ¿Después de entrenar? ¿Antes de acostarte? Veamos las respuestas acertadas a todas estas interrogantes.
La hora de tomar el batido va a depender de lo que quieres lograr
De acuerdo al Blog de Deportes Eurofitness, lo adecuado para tu organismo es lo siguiente:
- Si quieres favorecer el crecimiento muscular es mejor tomar un batido de proteínas de asimilación lenta (caseína) antes de acostarte. Recuerda que nuestros músculos no crecen durante las sesiones de entrenamiento, sino cuando están en reposo. Tomando un Batido de proteínas por la noche ayudarás a que tus músculos se regeneran antes y crezcan más rápido.
- Si quieres sacar partido a tu entrenamiento de fuerza te recomendamos tomar un batido de proteínas con hidratos de absorción lenta antes de entrenar. De esta manera, lograrás crear un balance de nitrógeno positivo en el cuerpo que estimulará la síntesis proteica, así como el incremento de la masa muscular.
- Si quieres reparar los músculos después del entrenamiento lo ideal es tomas un batido de proteínas de absorción rápida (suero de leche) justo después de éste, ya que los músculos están hambrientos, por lo que son capaces de absorber más cantidad de proteínas en comparación a cualquier otro momento del día.
¡Atención!
- En el caso de que quieras evitar el catabolismo o pérdida de masa muscular propia del avance de los años, lo mejor es tomar un batido de proteínas por la mañana. Durante la noche el músculo ha pasado muchas horas sin alimento alguno. Esto significa que el nivel de glucógeno en el hígado se reduce considerablemente. Sin embargo, si tomamos un batido de proteínas nada más levantarnos estaremos aportando fructosa a nuestro organismo y recuperando así el nivel de glucógeno necesario para la asimilación correcta de proteínas.