Un estudio realizado por diferentes institutos y facultades de medicina de universidades en Nueva York, publicado en febrero de 2022 en la revista Cell, asegura que el SARS-CoV-2 infecta menos del 1% de las células nerviosas del cuerpo humano, no obstante puede ser el causante de graves daños, entre ellos la pérdida del olfato; en la mayoría de pacientes con COVID-19, algunos sufrieron esta supresión de manera transitoria y otros de manera persistente. A esta pérdida olfativa se le llama ‘anosmia’.
El equipo de profesionales que participó en la investigación, con el fin de obtener más información sobre la anosmia, exploró los efectos de la infección del SARS-CoV-2 en autopsias hechas en el epitelio olfativo de hámsters dorados y de humanos (dada la similitud entre ambas especies en la forma en cómo se desarrolla una enfermedad o trastorno y en las respuestas inmunológicas).
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¿Qué causa la anosmia por coronavirus?
Entre los principales resultados de la investigación encontraron que, a pesar de que el virus no infecta las células nerviosas, sí afecta otras células que recubren la cavidad nasal y dan soporte a las neuronas. Cuando ello ocurre, las células que están infectadas emanan el virus y mueren, y entran en juego las células inmunitarias quienes se desbordan para contrarrestar el virus.
Esto, a su vez, conforme explicó brevemente el The New York Times, genera una inflamación que “causa estragos en los receptores olfativos, proteínas situadas en la superficie de las células nerviosas de la nariz que detectan y transmiten información sobre los olores. El proceso altera la organización sofisticada de los genes en esas neuronas, provocándoles, en esencia, un corto circuito”.
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Otras alteraciones del olfato inducidas por COVID-19
Fantosmia
De acuerdo a Mayo Clinic, la fantosmia son alucinaciones olfativas y causa que una persona perciba olores que en realidad no existen en el lugar en el que está.
La clínica estadounidense aclara que “los olores que se detectan en la fantosmia varían de una persona a otra y pueden ser agradables o desagradables. Pueden ocurrir en una o ambas fosas nasales”. Además, puede ser una alteración constante o intermitente.
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Parosmia
Según el centro médico académico de la Universidad de Utah, la parosmia suele presentarse luego de que el paciente se ha recuperado de la COVID-19. Con la presencia de esta variación del olfato, los olores y los aromas que para cualquier ser humano podrían ser aparentemente normales –como el café, las verduras o las frutas–, suelen percibirse de “forma desagradable o incluso repugnante. Por ejemplo, (...) huelen a basura, a carne o huevos podridos, o a amoníaco”.
Tratamiento y rehabilitación del olfato
Todavía no existe una cura definitiva para recuperar el olfato o despedirse definitivamente de esas molestas e indeseadas alteraciones. Sin embargo, desde hace varios años –incluso desde antes de la llegada de la pandemia por el SARS-CoV-2–, ya existía una organización benéfica en el Reino Unido llamada AbScent, dedicada a proporcionar tratamiento a las personas con trastornos del olfato.
En esta organización están convencidos del poder del entrenamiento para recuperar el olfato. Exponen que este “consiste en olfatear activamente los mismos cuatro aromas todos los días, dedicando alrededor de 20 segundos a cada aroma y concentrándose realmente en lo que está haciendo. Es fácil, seguro, lo recomiendan los médicos y cualquiera puede hacerlo”.
Si estás sufriendo alguna de estas alteraciones, te recomendamos consultar con un profesional.
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