Cine

Jeremy Allen White viaja al corazón roto de Bruce Springsteen en Nebraska

El actor espera que la película muestre al público una faceta poco conocida de Springsteen

Entrevista
Jeremy Allen White se confiesa ante uno de los retos más grandes en su carrera (20th Century Studios/Macall Polay)

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Ganador del Globo de Oro por The Bear, Jeremy Allen White se adentra en la piel del “Boss” para Springsteen: Deliver Me from Nowhere, una película que revive el proceso creativo más introspectivo y vulnerable del músico: el que dio origen al álbum Nebraska.

White recuerda que la propuesta lo tomó por sorpresa. “Uno de mis agentes me mandó una guitarra a Chicago mientras filmaba The Bear y me dijo: ‘escucha Nebraska y prueba tocar algo’. Poco después, supe que se trataba de Bruce Springsteen”, contó entre risas. “Me encantaba su música, pero nunca había cantado ni tocado una guitarra fuera de la ducha o el carro. Era abrumador”.

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El proyecto lo reunió con el director Scott Cooper, quien buscaba retratar al artista lejos del mito. “Cuando leí el guion, entendí que no se trataba de hacer un biopic clásico, sino de explorar a un hombre en una encrucijada. Eso me dio confianza: podía interpretar a Bruce sin tratar de copiarlo, sino entendiendo su fragilidad”, explicó.

“Me identifiqué con su ansiedad”

White asegura que conectó con Springsteen a través del miedo y la ansiedad. “Cuando lo conocí, me habló de un ataque de pánico que tuvo en Los Ángeles, cuando se sintió fuera de su cuerpo, como si fuera un espectador de su vida. Yo había pasado por algo así el año anterior. Esa conversación me abrió la puerta para entenderlo”.


El actor estudió el libro Deliver Me from Nowhere, escuchó las memorias Born to Run y revisó entrevistas del músico de fines de los 70 y principios de los 80. “Había una entrevista en The Old Grey Whistle Test donde lo sentí muy humano, exhausto después de tocar. Ese fue el Bruce que entendí”.

Para la parte musical, White trabajó con el productor Dave Cobb y el guitarrista J.D. Simo. “Le dije a Dave que nunca había tocado una guitarra y vi la preocupación en su cara”, recordó con humor. “J.D. me dijo que no podía enseñarme a tocar guitarra desde cero, pero sí las canciones de Bruce, y empezamos con eso”.

En paralelo, tomó clases de canto con Eric Vitro, conocido entrenador vocal de artistas como Ariana Grande. “Al principio, me sentía inseguro. Eric me ayudó a entender que no se trataba de sonar igual que Bruce, sino de cantar honestamente. Cuando dejé de intentar imitarlo, la música empezó a fluir mejor”.

Una de las escenas más desafiantes fue grabar “Born in the U.S.A”. “Esa canción es casi como gritar afinado”, admitió. “Tenía migrañas y me quedé sin voz por días. Cuando Bruce me escuchó, me dijo: ‘suena a que fue bastante bien’. Eso me dio paz”. Springsteen acompañó de cerca la producción y escuchó las primeras grabaciones del actor. White incluso recorrió Freehold, Nueva Jersey, junto al músico.

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