Pablo Alborán, en su aparición como primer invitado del pódcast No te lo cayes con Cayetana Guillén Cuervo, sorprendió por su honestidad al hablar de su sexualidad y del modo en que percibe la atracción.
En esa conversación íntima, Alborán explicó que no basta lo físico, para él, lo esencial es el vínculo que une a las personas. “Necesito que haya conexión para disfrutar del sexo”, dijo, dejando claro que el amor no es una elección superficial sino algo profundo que lo mueve.
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¿Qué significa ser demisexual?
El término demisexualidad describe una orientación afectivo-sexual dentro del espectro asexual. Las personas demisexuales no sienten atracción sexual inmediata o “atracción primaria” basada solo en lo visual u otros estímulos físicos; lo que necesitan primero es un vínculo emocional fuerte, cercano, para que surja la atracción sexual, conocida como “atracción secundaria”.
El origen de la palabra demisexual se remonta a febrero de 2006, en los foros de AVEN (Asexual Visibility & Education Network, o en español, Red para la Visibilidad y Educación sobre la Asexualidad).
En aquel momento, se buscaba un término que definiera a quienes no se identificaban completamente con la asexualidad, pero tampoco sentían atracción sexual sin un fuerte vínculo emocional.
Así nació “demisexual”, una forma de nombrar a las personas para quienes el afecto, la confianza y la conexión profunda son condiciones imprescindibles antes de experimentar deseo sexual.
Lo que dijo Pablo Alborán
Alborán fue claro, no se trata de etiquetas vacías, sino de sensaciones reales. Comentó que para él no hay nada que excite más que el amor, que la dimensión emocional lo supera. Es algo que ha meditado y que emergió en un momento profundo de reflexión, en el que se replanteó muchas certezas.
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Desde la confesión que hizo sobre su identidad sexual, se ha mostrado dispuesto a hablar con naturalidad no sólo de su identidad sexual, sino de lo que espera del amor, de la exclusividad y de lo que considera un buen sexo, el cual, para él, no es solo un encuentro físico, sino algo que va más allá de la piel y que tiene significado.

Más allá de la etiqueta
Identificarse con la demisexualidad no equivale necesariamente a una regla inflexible, sino a poner en valor lo que muchas personas ya sienten, que la intimidad importa, que la cercanía, la confianza y la autenticidad son esenciales.
En un mundo donde muchas veces se promueve lo inmediato, lo superficial, lo “rápido”, el mensaje de Alborán abre una puerta hacia el respeto, para que se pueda reconocer que cada persona vive su sexualidad a su ritmo.
También invita a validar aquello que muchos experimentan en silencio, sin necesidad de definirse públicamente, pero buscando entenderse mejor a sí mismos. Que una figura pública como él hable desde la vulnerabilidad ayuda a derribar miedos, prejuicios, y favorece que más personas se sientan representadas si comparten esas experiencias.

El amor como brújula
Pablo Alborán no ha impuesto definiciones cerradas, pero su forma de hablar deja claras varias pistas, porque lo íntimo, lo afectivo y lo emocional son para él los cimientos para cualquier atracción verdadera.
Demisexualidad, entonces, no es solo una palabra, es una forma de vivir el amor y la sexualidad. Su confesión, más que una noticia, es una invitación a que cada quien se escuche, se respete, y descubra qué tipo de conexión necesita para sentirse realmente vivo.