En la sala de redacción de Metro Puerto Rico había mucha habladuría y anticipación aquel 23 de abril de 2025. Palabras claves como “música”, “videos”, “natación”, “las Justas LAI”, entre otros, se escuchaban entre los reporteros mientras esperaban por su nuevo editor en jefe, que conocerían a las 10:30 a.m.
Entre vacilón y organización, el equipo editorial se dirigió a la sala de conferencias. La puerta de cristal se abrió. Por ahí entró el nuevo editor en jefe con su corte de cabello definido, vestido completamente de negro con atuendo New Balance al estilo uniforme de pelota, cadena y reloj brillando. Se trataba del mismísimo DON KBRN, el SEN2 KBRN, el Hokage de Humacao: Eladio Carrión. Con caminar relajado, sonrisa en el rostro y jugo en mano, llegó a la sala con un cálido: “Bueno, a trabajar to’ el mundo. Buen día, soy Eladio”.
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Al sentarse sobre la mesa editorial, comenzó el trabajo. Luego de escuchar los temas de actualidad, Carrión se recostó levemente en la silla y arrancó con su enfoque primordial, ya inmerso en su rol: el problema de la luz en Puerto Rico.
Ya establecida su prioridad, cambió su enfoque a los deportes, una de sus grandes pasiones. “Sería duro, mano, como que escoger dos o tres atletas que no estén en la selección”, propuso mientras se acariciaba la barba con su mano tatuada. Incluso, reveló que estuvo cerca de comprar el equipo de baloncesto de Humacao.
Mientras los reporteros se presentaban, el editor invitado escuchaba atentamente. Cuando se mencionaban pueblos como Bayamón y Carolina, respondía con un “pom-pom-pom-pom” y gestos de tiros al aire que provocaban risas. A otros como Ponce y Corozal les tiraba la mala: “He ido a Corozal una vez en mi vida y no queda cerca de nada”, soltó con humor.
El ambiente era una mezcla de seriedad y camaradería. Al escuchar que la productora Andrea Velázquez era su compueblana, recordaron sus días en la Universidad de Puerto Rico en Humacao. Con su voz ronca y carismática, la conversación fluía fácilmente.
Por un lado, la escena de comedia en Puerto Rico también le pareció pertinente destacarla: “Pero no es un tema que esté creciendo mucho, 100%. Está como underground también… pero vamos a hacerlo porque tenemos muy buenos comediantes”, indicó.
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En un momento de la reunión, mostró un tatuaje, en su muslo, del Pokémon Blastoise, como muestra de su amor por el anime. Carrión contó su experiencia en Japón al grabar las visualizaciones para DON KBRN, donde, aunque no pudo pasear mucho, observó lugares icónicos como el Pokémon Tower y varios pop-ups. “Oh, sí, tengo la colección [de Pokémon] más cabrona del Caribe”, aseguró, al referirse a sus cartas y juegos sellados.
Durante la conversación, la periodista Lynet Santiago, de Sabrosía PR, le preguntó sobre la bebida que trajo y el editor bromeó: “Tito’s Vodka... mentira, jugo de parcha”. Carrión reveló que no le gusta el sabor del alcohol, pero si toma, sería su cerveza, La H, o tequila solo.
Al igual que como a Naruto le gusta comer, le explicó a la mesa editorial que ama la comida, pero no le gusta cocinar. El rapero contó, como típico puertorriqueño, al utilizar las manos para enfatizar su punto, que no tiene paciencia para la cocina.
Igualmente, se discutieron temas de finanzas, criptomonedas y sobre todo, la importancia de la educación con música, los cierres de escuelas y la fuga de estudiantes de medicina a Estados Unidos. Entre otros que quería incluir, indicó que tenía interés en resaltar “algo lindo pa’ las mamás” en esta edición como editor en jefe.
Una vez escogidos los temas y bebidos los CapriSun procurados para el jefe, culminó la reunión editorial, pero el “Sauceboy” aún no terminaría. Se dirigió al área de entrevistas con El Calce, conducida por Andrea Rodríguez y Adriana Santa, donde el humacaeño se mostró apasionado por cada pregunta presentada. Terminó con una orden en tono jocoso: “Pónganse a hacer lo que les asigné horita”.
En la sesión de fotos, posó de frente, de lado, con las manos juntas o empuñadas. El fondo negro combinaba con su ropa y calzado blanco, y su expresión seria, como todo un don, reflejaba su actitud calmada.
Su última actividad como editor en jefe fue un juego de canciones organizado por El Calce. Mientras enumeraba sus apodos “...Sauceboy alias el Niño Salsa…” conducía la dinámica como todo un profesional del entretenimiento, mientras la redacción continuaba su trabajo en silencio, enfocada.
Una vez culminado su día como editor en jefe, Carrión se aseguró de despedirse de su equipo con una sonrisa y un mensaje: “Familia, a trabajar. Buen turno, a todos, tremendo día … Buen provecho”.