MIAMI, Florida - La actriz Melissa Barrera continúa ganando adeptos luego de debutar en el exitoso resurgir de la franquicia de terror Scream.
En la sexta parte de la saga que satiriza las reglas y convencionalismos de las cintas de terror, retoma su papel de Sam Carpenter luego de los sangrientos eventos de la última parte, que se estrenó el año pasado. En esta ocasión, el terror se muda del campo a la ciudad de Nueva York, como hiciera Jason en Friday The 13th Part VIII: Jason Takes Manhattan (1989), cuando un nuevo villano asume el rol de Ghostface para aterrorizar a los sobrevivientes de la película anterior, especialmente a Sam (Barrera) y su hermana Tara, interpretada por otra actriz de raíces latinas, Jenna Ortega.
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La joven actriz, que despuntó en la serie Vida y luego obtuvo un rol protagónico en la adaptación cinematográfica del musical In The Heights, conversó con Metro Puerto Rico sobre los latinos en Hollywood, su experiencia en el set de Scream VI y cómo le fue trabajando con Ortega.
El año pasado hablamos sobre la película anterior y te pregunté sobre cómo era impartirle sabor latino a esta franquicia. ¿Crees que Hollywood continúa avanzando hacia ese momento donde los latinos no tengamos que continuar justificándonos?
—Creo que, sí, seguimos avanzando… Vamos lento, pero sí creo que vamos en la dirección correcta, definitivamente, porque existen personas visionarias, como los ejecutivos de Paramount y de Scream, que dijeron: ‘queremos que las protagonistas de cualquier etnia y no necesariamente enfocarnos en seleccionar a cierto tipo de personas. Vamos a encontrar las mejores personas para los papeles’. Y resultó que eran dos latinas.
Hablando de latinas, trabajar con Jenna Ortega... Ustedes son como un dúo dinámico, son como Batman y Robin, tienen una química espectacular. Cuéntame un poco de esa relación fuera de cámara.
—Lo que ves en la cámara, es lo que es. Bueno, no nos peleamos tanto como en esta película. Pero sí, somos como hermanas en la vida real. Hicimos clic desde que nos conocimos. Se sintió fácil. Y eso no pasa siempre con las personas con las que trabajas. Pero con nosotras sí. Yo la adoro.
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Tu personaje de Sam adopta una complejidad diferente. El pasado impacta el presente, el tema de los lazos familiares. ¿Cómo fue entrar en ese estado mental que hasta hace cuestionar la sanidad del personaje?
—Pues no se me hizo tan difícil porque creo que todos lidiamos con una versión de eso a diario. Todos tenemos preocupaciones, inseguridades que a veces forman como una nube sobre nosotros y no nos dejan ver claramente. Y usé todo lo que me hace sentir, mis preocupaciones y mi ansiedad, y lo multipliqué por 100 con ella (Sam), que tiene un temor verdadero de convertirse en su papá.
Hablando de temores, siempre me ha intrigado saber de este tipo de películas y de asesinos (slashers) , ese momento donde enfrentas al asesino. Ahí tienes el equipo técnico, lo han ensayado muchas veces, pero tienes una persona con una máscara con un cuchillo sobre ti. ¿Qué pasa por tu mente en ese momento?
—Pues sí, puede ser muy intimidante, pero creo que te pierdes en el momento, la verdad, tener a Ghostface de frente... Aunque, si tú estuvieras vestido de Ghostface y no tienes la máscara puesta y estás ahí, y estamos platicando, todo perfecto. En cuanto te pones la máscara y haces esto (mueve lentamente la cabeza hacia un lado)… ya. O sea, te provoca palpitaciones, es una imagen que causa temor, entonces es muy fácil meterte en el papel.
¿En cuál otra película de horror favorita además de Scream, te hubiese gustado participar?
—Halloween.