Terry R. Taylor, la primera mujer en laborar como editora deportiva para The Associated Press, ha fallecido. Tenía 71 años.
La periodista, quien llevó el énfasis de la agencia noticiosa hacia la cobertura multiestratificada con reporteo riguroso, enfoques divertidos y análisis novedosos, murió el martes en Paoli, Pennsylvania, informó su marido Tony Rentschler.
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En 2013, se le había diagnosticado un cáncer de mama que hizo metástasis tres años después. Dejó el tratamiento de quimioterapia en diciembre pasado, cuando los efectos colaterales se volvieron insoportables, relató Rentschler.
“Terry fue una verdadera pionera en el periodismo, allanando el camino para que muchas mujeres ascendieran a puestos directivos, tanto en las secciones de deportes como en el resto de la industria”, dijo Julie Pace, vicepresidenta senior y editora ejecutiva de la AP. “Su legado en la AP ha sido duradero, y continuará sin duda”.
En su cargo, no sólo allanó el camino para las mujeres. Contribuyó con la labor de llevar el contenido deportivo de la cooperativa a una audiencia más diversa.
“Terry apoyó entusiasta al servicio en español, elevando nuestro perfil en coberturas deportivas alrededor del mundo, con énfasis en los Juegos Olímpicos y la Copa Mundial de fútbol”, afirmó Eric Núñez, actual editor en jefe de información deportiva en español.
Taylor estuvo a cargo del departamento de deportes de la AP de 1992 a 2013, y parecía trabajar 24 horas al día. Llegaba a la oficina alrededor de las 10 de la mañana la mayor parte de los días laborables. Se quedaba ahí hasta las 7 u 8 de la noche y permanecía disponible constantemente en el teléfono, hasta que concluían los partidos de la Costa Oeste o incluso toda la noche, cuando la Copa América de vela se llevaba a cabo en Australia. Encabezó la cobertura de 14 Juegos Olímpicos para la AP.
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“Desde luego, hubo personas que dudaron de ella cuando la nombré como la primera editora de deportes, pero ella las silenció muy pronto, con base en su talento y personalidad”, aseveró el miércoles Louis D. Boccardi, presidente y director general de la AP de 1985 a 2003. “Sin duda, es una integrante del Salón de la Fama”.
Taylor era exigente en el cumplimiento de los estándares, tanto consigo misma como con los demás. Tenía un encargado personal para realizar compras en Saks Fifth Avenue. A los reporteros que llegaban en pantaloncillos a la oficina, los enviaba de regreso a casa, para que se cambiaran con un atuendo más apropiado.
“Había que trabajar al lado de ella para apreciar cuántos obstáculos derribó un día tras otro, y lo hizo con alegría y mucho sentido del humor. Pero nadie tenía codos más afilados”, opinó Jim Litke, reportero de la AP de 1978 a 2022 y columnista nacional de deportes desde 1989. “Ya fuera peleando para arrebatarle un generador eléctrico al gerente de un hotel en San Francisco la noche que el terremoto paralizó la Serie Mundial o entrando en la oficina del presidente del Augusta National para expresar personalmente su opinión, Terry nunca dejó de intentar que cada historia que tocaba mejorara.
“Nos desafió a seguir su ejemplo, a presionar y tirar de cada cabo suelto, y nos hizo a todos mejores reporteros e incluso mejores personas”.