Dos récords cayeron durante la última jornada del Mundial de atletismo. En realidad, fueron tres, pero uno se invalidó por el viento.
O quizá la cifra es correcta, dado que Estados Unidos totalizó una cosecha sin precedente de medallas, con 33.
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La nigeriana Tobi Amusan abrió la función espectacular quebrando el récord en las semifinales de vallas, con 12,12 segundos. Unos 90 minutos después volvió para obtener el oro.
Su tiempo en la final fue incluso mejor, de 12,06 segundos, pero el viento era tan intenso que ese récord no se inscribirá en los libros.
Luego, el sueco Armand Duplantis saltó 6,21 metros con la pértiga, para mejorar por un centímetro su propia marca mundial.
Duplantis le dio a su país su primer oro en este Mundial. Los estadounidenses consiguieron 12 más.
Sydney McLaughlin dio la última vuelta vicoriosa de un Mundial dominado por los anfitriones, al llevarse la victoria en el relevo 4x400.
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McLaughlin convirtió una ventaja de 73 centésimas en una delantera increíble de 2,93 segundos con la última posta. Añadió esta exhibición de velocidad al récord mundial que implantó dos noches antes en los 400 metros con vallas.
La última presea fue muy especial, pues representó el 14to y último oro para Allyson Felix, de 36 años, quien se había retirado al comienzo del Mundial sólo para volver y disputar las preliminares de los 4x400.
Valió la pena, pues aportó una nueva presea. Finaliza su carrera con 20 en los Mundiales. Su total en estos eventos más Juegos Olímpicos es de 31.
“Somos una familia. Estamos juntas", dijo McLaughlin. “Allyson salió del retiro para colocarnos aquí, de modo que queríamos hacer esto”.
Las estadounidenses se llevaron la victoria con un tiempo de 3 minutos, 17,79 segundos.