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Columna de Alex Delgado: La irresponsabilidad del “yo sí me quito”

Todo el que me lee con frecuencia sabe que soy un crítico de nuestro gobierno, de nuestras aptitudes como pueblo, etc. Ahora bien, tampoco voy a estar toda la vida amargado, refunfuñando y siendo un infeliz porque pasan muchas cosas negativas en P. R. También pasan cosas buenas en nuestra isla; pero, lamentablemente, tanto los boricuas de aquí como los que se han ido le dan más fuerza a la crítica destructiva que a la constructiva. Tan es así que ya no podemos ni hacer una campaña positiva que invite a la superación, a levantar la moral, porque hasta con eso formamos un boyete.

Hace unas semanas comenzó una campaña llamada #YoNoMeQuito. ¿De qué trata? Lea: “#YONOMEQUITO es una iniciativa que destaca valores como la honestidad, la generosidad y la laboriosidad en nuestro país. Sabemos que tú eres de los que no se quitan y únete al esfuerzo participando activamente, dando el máximo y poniendo al servicio de Puerto Rico tu talento y capacidad”.

El fan page #YoNoMeQuito se abrió el pasado 11 de febrero y explica lo que usted acaba de leer.
Luego de eso, en un blog escriben: “En estos días surgió una campaña en Puerto Rico que busca mantener a la gente en la isla y hacer que desistan de añadir su número a la diáspora boricua… Estoy harto de que nos quieran hacer sentir como si nosotros fuéramos los malos por habernos ido”.

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Por otro lado, en Facebook Isol Fernández Riverón, una puertorriqueña que vive en Estados Unidos, escribió en Facebook que ella sí se quitó porque no le fue bien en la isla, porque no encontraba un trabajo decente con buena paga, porque no se sentía segura con la criminalidad, porque el gobierno roba, porque le hacen la vida cuadritos para levantar un negocio, que hay que tener tres pares de pantalones para quitarse, pero que es muy feliz luego de haberse quitado. Se refiere con “quitarse” a irse de la isla.

Luego de revisar cada post publicado en el fan page #YoNoMeQuito, no hay uno solo que haga referencia, directa o indirecta, a irse de Puerto Rico o solicitando que se queden en la isla. Todos son de motivación, mensajes de superación, de esfuerzo. Ahí tienen un ejemplo de lo que es tergiversar algo.

La señora Fernandez Riverón tiene unos puntos válidos, como, por ejemplo, el de la criminalidad. Sin embargo, en Estados Unidos también la hay. Allá hay asesinatos por narcotráfico; hay robos domiciliarios; hay tiroteos en la calle y cosas peores. ¿No vimos en TV cómo asesinaron a una reportera? ¿No entró un loco a una oficina gubernamental matando inocentes? Imagine yo decir que no puedo mudarme a Estados Unidos porque estrellaron aviones en el Pentágono, en el World Trade Center, porque metieron una bomba en el maratón de Boston, que no iría a un cine porque entró un anormal asesinando inocentes, o que mis hijos jamás estudiarán allá porque entran asesinos a las escuelas y universidades con AK-47. Si pensara así, no iría con mi esposa negra el mes que viene a Estados Unidos, porque la policía blanca  puede matarla o tampoco montaría a mis hijos en el viaje, porque el gobierno aceptó que es inminente un ataque terrorista de EI en cualquier parte de la nación, en cualquier momento. ¡Por favor!

He entrevistado a muchas personas que han abierto nuevos negocios con incentivos gubernamentales, exenciones contributivas, agilización de permisos y ayuda para exportar. Son testimonios reales que he tenido. En ese sentido, no pongo en duda la palabra de la señora Fernández Riverón, pero es justo destacar también historias positivas, distintas a la de ella.

Creo que solo vieron el nombre de la campaña y abrieron fuego contra ella, quizá pensando que era del gobierno. Es una campaña del sector privado, preocupado por la desmoralización que pueda haber en el país. Es una responsabilidad social que nos corresponde a todos, y si usted que vive fuera o dentro de Puerto Rico no quiere asumir esa responsabilidad y ayudar a los que se quedaron, pues no sea tan irresponsable de invitar a quitarse a los que tienen necesidad de apoyo y aliento.

Diego Velásquez, un golfista colombiano que se convirtió en bicampeón del torneo profesional de La Pradera (Bogotá), luego de su triunfo, sacó un momento para tomarse una foto y enviar el mensaje “Yo no me quito P. R.”. Es una vergüenza que hermanos colombianos y de otros países nos inviten a superarnos juntos, y nosotros mismos, los puertorriqueños, nos incitemos a tirar la toalla.

He crecido, personal y profesionalmente, en esta isla. Les he dado la vuelta a los obstáculos y no he permitido que se conviertan en una excusa para quitarme. Yo no sé si un día surja una oportunidad laboral fuera de Puerto Rico y me mude, pero el día que eso pase, si pasa, los hermanos que se queden acá tendrán mi apoyo, solidaridad y ayuda. No una crítica venenosa y constante que solo inyecta mayor ansiedad y frustración a los que se quedan.

Respeto a los que se han ido. Desde aquí tienen mi apoyo cuando me necesiten. Mis amigos que se han mudado pueden dar fe que así ha sido. Ahora, en lugar de invitar a quitarnos, apóyenos, porque, ¿sabe qué?, los miles que nos hemos quedado porque nos ha ido bien somos la primera línea de apoyo de los familiares suyos que se quedaron. Si usted, que se fue, invita a quitarnos, con una campaña de “Yo sí me quito”, usted mismo hunde a la isla donde se quedaron sus seres queridos. Por lo tanto, los hunde a ellos también.

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